Ayer tuvo lugar, como cada 8 de diciembre, la popular celebración afroamericana en Uruguay y en el norte Brasil, arraigada también en Argentina, donde practicantes de la religión umbanda se acercaron a las agua del Río de la Plata en Quilmes para venerar a la creadora de los ríos, Oxum.
Según las últimas estadísticas del Registro Nacional de Cultos, en la Argentina hay más de 400 templos afrobrasileros habilitados para funcionar. Las religiones afroamericanas resultan de una múltiple combinación de elementos. Incluyen las prácticas culturales traídas al “nuevo mundo“ por los esclavos negros, el catolicismo impartido por los españoles y portugueses, el espiritismo creado por Allan Kardec en Francia a mediados del siglo XIX y, en menor medida, las costumbres de los aborígenes americanos. Esta conjunción, dio origen a múltiples expresiones religiosas entre las que se encuentra la Umbanda.
Su presencia en el país data de la década del ´60 de la mano de la corriente inmigratoria brasilera y uruguaya. Pero no sería hasta entrada la democracia cuando comienza a desarrollarse en su máxima expresión. Para el antropólogo y especialista en la temática Alejandro Frigerio su expansión en la Argentina está relacionada con el hecho de que las mismas proporcionan un marco institucional y una síntesis viable a creencias y prácticas religiosas previamente presentes en los sectores populares de nuestro país como las visitas a “curanderos“ y “videntes“ buscando ayuda para la solución de problemas.
Las religiones africanistas están basadas en la existencia de una escala de entidades con distinto grado de evolución espiritual. Olodumare, que sería Dios, está en el ápice. Crea el universo y lo deja en manos de entidades africanas, Orixás. Cada uno de éstos tiene dominio sobre un elemento de la naturaleza o de la actividad humana. Para algunos, serían mensajeros de Olodumare; para otros, sus partes constituyentes. Por debajo, se encuentran los guías espirituales de la Umbanda: caboclos (espíritus de indios) y pretos velhos (esclavos africanos viejos). Más allá, están las deidades de la Kimbanda, Exú y Pomba Giras, espíritus de marginados y rebeldes castigados y torturados por impartir sus creencias.