El 25 de octubre de 2018, un caso conmocionó a los vecinos de José Mármol. Estefanía Bonome, de 9 años, fue brutalmente asesinada a puñaladas por su primo Cristian Yovanovich, de 15 años durante un intento de abuso sexual cerca de su casa. El adolescente confesó el femicidio y fue internado en un Instituto de Menores hasta cumplir 18 años en agosto de 2021, cuando quedó en libertad.
Según publica en sus redes sociales, C.M.J., ahora vive en el barrio La Perla de Temperley, junto a la comunidad gitana instalada en la zona, a la que pertenece. Recientemente, compartió una foto con su pareja y un bebé recién nacido, lo que provocó la indignación de los familiares de Estefanía, que siguen reclamando Justicia, y alertan que «en cualquier momento vuelve a atacar a un inocente».
Resignados de que no iba a estar preso, en más de una oportunidad, los familiares de Estefanía alertaron sobre su presencia en las calles, lo que consideran peligroso para el resto de la sociedad, y aseguraron que «nunca se arrepintió de lo que hizo».
El joven estuvo instalado por un tiempo en la provincia de Misiones, y subía videos en Tik Tok, en algunos de los cuales bailaba con cuchillos, lo que los familiares tomaron como amenazas, pero las autoridades no actuaron. Además, en una ocasión vecinos denunciaron que habría tratado de abusar de una nena de 10 años, aunque esto fue evitado por familiares de la niña, que le dieron una paliza y lo entregaron a la Policía.
En dialogo con el TN, Fiamma, la madre de Estefanía, relató que el día del asesinato de su hija, el asesino engañó a la niña con la excusa de un regalo para llevársela. Tras permitirle quedarse a comer con parientes, Fiamma comenzó a buscarla desesperadamente al notar su ausencia. La búsqueda culminó con el hallazgo del cuerpo de Estefanía en un galpón, a 200 metros de su casa.
El cuerpo de la niña fue encontrado semidesnudo, con una bolsa en la cabeza y múltiples heridas de arma blanca. Cristian, tras atacarla en un galpón familiar, arrastró el cadáver hasta una camioneta y lo abandonó cerca de una estación de tren. Fiamma sospecha que el joven no actuó solo y apunta a la complicidad de algún adulto de su entorno
Cristian confesó haber sentido “ganas de matar” y detalló cómo intentó eliminar pruebas tras el crimen. Dado que era menor de edad, la Justicia lo consideró inimputable y solo recibió medidas de seguridad hasta su mayoría de edad, sin condena formal por el asesinato.
Fiamma expresó su dolor y frustración: durante la internación de Cristian, este subía videos con cuchillos a redes sociales, lo que ella interpretó como amenazas, pero las autoridades no actuaron. Tras su liberación, Cristian afirmó en una entrevista estar arrepentido, aunque Fiamma descree de sus palabras y sostiene que actuó con plena conciencia.
A siete años del crimen, la familia quedó marcada por la tragedia, y la madre asegura que el dolor persiste, convencida de que la justicia no se hizo plenamente en el caso de su hija.