Murió Francisco, el Papa sencillo, el que pregonaba desde la humanidad una iglesia de los pobres para los pobres. A sus 88 años, Jorge Mario Bergoglio falleció horas después del domingo de Resurrección con que la Iglesia Católica finaliza las Pascuas y será sepultado en Roma. Aquí recordamos algunas de las frases más influyentes de un papado marcado por la apertura, por el diálogo, por la humanidad que pregonó desde sus primeros años en la capilla San José de Flores de CABA.
- “Cómo me gustaría una Iglesia pobre para los pobres”
- “Creo que la Iglesia no solo debe disculparse… no solo debe pedir perdón a esta persona que es homosexual a quien se ha ofendido, sino que tiene que pedir perdón a los pobres, a las mujeres explotadas, a los niños explotados por su mano de obra, tiene que pedir perdón por haber bendecido muchas armas”
- “Los cristianos deben responder al mal con el bien”.
- “El verdadero poder es el servicio”
- El aborto nunca es una solución. Debemos escuchar, acompañar y comprender desde nuestro lugar a fin de salvar las dos vidas: respetar al ser humano más pequeño e indefenso, adoptar medidas que pueden preservar su vida, permitir su nacimiento y luego ser creativos en la búsqueda de caminos que lo lleven a su pleno desarrollo”.
- “La Iglesia no puede tratar de esconder la tragedia de los abusos, sean del tipo que sean. Tampoco cuando los abusos se dan en las familias, en los clubes, en otro tipo de instituciones. La Iglesia tiene que ser un ejemplo para ayudar a resolverlos, sacarlos a la luz en la sociedad y en las familias. Es la Iglesia la que tiene que ofrecer espacios seguros para escuchar a las víctimas, acompañarlas psicológicamente y protegerlas.
- “Los derechos humanos se violan no solo por el terrorismo, la represión, los asesinatos… sino también por la existencia de condiciones de extrema pobreza y estructuras económicas injustas que originan las grandes desigualdades”
- La crisis económico-social y el consiguiente aumento de la pobreza tiene sus causas en políticas inspiradas en formas de neoliberalismo que consideran las ganancias y las leyes de mercado como parámetros absolutos en detrimento de la dignidad de las personas y de los pueblos.”
- “El cambio climático es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad. La humanidad está llamada a tomar consciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos de vida, de producción y de consumo, para combatir este calentamiento o, al menos, las causas humanas que lo producen o acentúan”.
- “Nos acostumbramos a levantarnos cada día como si no pudiera ser de otra manera, nos acostumbramos a la violencia como algo infaltable en las noticias, nos acostumbramos al paisaje habitual de pobreza y de la miseria caminando por las calles de nuestra ciudad”.
El Papa de la renovación
El Papa Francisco fue el primer Papa jesuita, el primer Papa originario de América Latina, el primero en elegir el nombre de Francisco sin un numeral, el primero en ser elegido con su predecesor aún vivo, el primero en residir fuera del Palacio Apostólico, el primero en visitar tierras nunca antes tocadas por un Pontífice -desde Irak hasta Córcega-, el primero en firmar una Declaración de Fraternidad con una de las principales autoridades islámicas.

También fue el primer Papa en dotarse de un Consejo de Cardenales para gobernar la Iglesia, en asignar funciones de responsabilidad a las mujeres y a los laicos en la Curia, en lanzar un Sínodo que implicaba por primera vez al Pueblo de Dios, en abolir el secreto pontificio para los casos de abusos sexuales y en suprimir la pena de muerte del Catecismo.
Primero, una vez más, en dirigir la Iglesia mientras en el mundo no hace estragos una guerra, sino muchas guerras, pequeñas y grandes, libradas “a pedazos” en los distintos continentes. Una guerra que “siempre es una derrota”, como repitió en los más de 300 llamados, incluso cuando le faltaba la voz, que ocuparon todos los últimos pronunciamientos públicos desde el estallido de la violencia tanto en Ucrania como en Medio Oriente.
Obispo y pueblo
“Comenzamos este camino, obispo y pueblo”, fueron las primeras palabras pronunciadas desde el Balcón de la Bendición, avanzada la tarde del 13 de marzo de 2013, ante una multitud que desde hacía un mes abarrotaba la Plaza de San Pedro, bajo la atención mundial tras la renuncia de Benedicto XVI.
Hizo 47 peregrinaciones internacionales el Pontífice argentino, y lo hizo en función de eventos, invitaciones de autoridades, misiones por cumplir o alguna “moción” interior, como él mismo reveló en el vuelo de regreso de Irak. Estuvo durante tres días en Irak, en marzo de 2021: visitó Bagdad, Ur, Erbil, Mosul y Karakosh, tierras y pueblos con cicatrices aún evidentes de matriz terrorista, con sangre en las paredes y tiendas de desplazados a lo largo de las carreteras, en plena pandemia de Covid y con gran preocupación por la gestión de la seguridad. Fue un viaje desaconsejado por muchos a causa de la salud y el riesgo de atentados, pero un viaje deseado a toda costa. El viaje “más hermoso”, reconoció siempre el propio Francisco, el primer Papa en pisar la tierra de Abraham, donde Juan Pablo II no llegó, y donde se entrevistó con el líder chií Al-Sistani.
Barrio, tango y San Lorenzo
El Papa que contrapuso su humanismo a los nacionalismos descarnados que durante su papado florecieron en el mundo, no tenía imposturas. Apegado a su amado San Lorenzo, fanático del tango, conservó su estilo simple y cercano que había cultivado en sus años como obispo de Buenos Aires.
Francisco defendió el respeto a los homosexuales, alertó sobre el cambio climático, criticó las desigualdades generadas por el sistema capitalista y se comprometió a esclarecer los casos de abusos en la Iglesia. Sin embargo, también mantuvo el discurso duro de sus predecesores en cuestiones como el aborto y la eutanasia.