Cuando la primavera se instala en Argentina, las góndolas y ferias se llenan de colores más intensos y sabores frescos. Consumir frutas y verduras de estación no es solamente una cuestión de gusto: se trata de una elección que beneficia a la salud, al ambiente y también al bolsillo.
El cambio de estación trae consigo una disponibilidad más amplia de productos frescos cultivados localmente. Esto significa que llegan al consumidor con mejor sabor, más nutrientes y, al mismo tiempo, con precios más accesibles debido a la abundancia y a los menores costos de transporte y almacenamiento.
Al ser producidos en la región, suelen conservar mejor sus propiedades nutritivas. Pero eso no es todo, ya que también presentan menos impacto ambiental en comparación con los productos importados o cultivados fuera de época.
Verduras de primavera: frescura, sabor y nutrientes
En los meses de septiembre, octubre y noviembre, la huerta argentina se llena de opciones verdes. Son vegetales con gran aporte de vitaminas y minerales que ayudan a reforzar el sistema inmunológico después del invierno y a mantener una alimentación equilibrada sin gastar de más.
Las verduras de primavera suelen ser más tiernas y livianas, lo que las convierte en una excelente base para ensaladas y platos rápidos que acompañan la vida cotidiana. A continuación compartimos un listado con algunas de ellas:
- Lechuga: fresca, liviana y rica en agua, ideal para ensaladas y para mantener la hidratación.
- Espinaca: aporta hierro y vitamina A, fundamental para la energía y la salud ocular.
- Acelga: versátil en la cocina, contiene magnesio y fibra, buena para la digestión.
- Brócoli: cargado de vitamina C y antioxidantes, fortalece las defensas.
- Arvejas: fuente de proteínas vegetales, acompañan bien guisos y ensaladas.
- Zucchini: de fácil cocción, bajo en calorías y excelente para salteados o rellenos.
- Zapallitos: suaves y nutritivos, aportan fibra y son muy económicos en esta temporada.
- Chauchas: ricas en vitamina K y ácido fólico, recomendadas para acompañar carnes.
Consumir estas verduras en primavera significa acceder a productos frescos y económicos, con mejor sabor y más nutrientes que en otras estaciones del año. También permiten variar la dieta y sumar colores al plato, lo que se traduce en una alimentación más atractiva y balanceada.
Frutas de primavera: dulzura natural y energía
Las frutas que llegan con la primavera son refrescantes, antioxidantes y aportan azúcares naturales que ayudan a recuperar energía. Además, suelen cosecharse en el punto justo de maduración, lo que garantiza un sabor más intenso y precios más accesibles en comparación con el resto del año.
Su consumo favorece la hidratación y es clave para quienes realizan actividad física o buscan opciones más livianas después del invierno. Estas son las más destacadas:
- Frutillas: dulces y antioxidantes, aportan vitamina C y pocas calorías.
- Naranjas tardías: jugosas y económicas, fortalecen el sistema inmune.
- Mandarinas: prácticas para llevar, aportan fibra y vitamina C.
- Duraznos: frescos y aromáticos, favorecen la digestión por su alto contenido de agua.
- Ciruelas: dulces y con efecto digestivo, ideales para mejorar el tránsito intestinal.
ncorporar estas frutas en la dieta diaria no solo aporta frescura y variedad, también ayuda a reducir el consumo de productos ultraprocesados al ofrecer alternativas más naturales y saludables. Además, la variedad de colores en la fruta es sinónimo de diferentes antioxidantes y vitaminas, lo que convierte cada plato en una fuente de beneficios para el organismo.
Impacto ambiental y ahorro familiar
Optar por frutas y verduras de primavera no solo significa comer más sano y equilibrado. Al elegir productos locales, se reducen las emisiones vinculadas al transporte y la necesidad de conservantes, lo que contribuye al cuidado del medioambiente.
Según datos de mercados mayoristas, los precios de hortalizas como la espinaca o la lechuga pueden ser hasta un 40% más bajos en primavera respecto a meses de menor oferta. Esta diferencia resulta significativa para familias que buscan reducir el gasto sin resignar calidad en su dieta.
Reconectar con la alimentación natural
La primavera es una invitación a renovar los hábitos alimenticios. En lugar de recurrir a los mismos productos todo el año, reconocer qué nos ofrece la naturaleza en cada estación permite diversificar la dieta, ahorrar y cuidar el medioambiente.










