El Gobierno de Javier Milei ratificó este lunes, en el marco de la visita oficial a Buenos Aires del secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., la decisión de que Argentina se retire de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y oficializó una reforma del modelo sanitario argentino
Kennedy Jr. fue recibido por el ministro de Salud local, Mario Lugones, y hoy por el presidente para avanzar en la cooperación de la agenda sanitaria entre ambas naciones. Kennedy Jr. es una de las figuras más controvertidas dentro del Gobierno de Trump y ha sido blanco de críticas por sus posiciones antivacunas. Entre sus posiciones, ha dicho que vacuna contra el sarampión “pierde eficacia rápidamente, nunca fue sometida a pruebas de seguridad exhaustivas y contiene restos fetales. Lo que es falso: la vacuna contra el sarampión tiene una eficacia del 97%
En el marco de esta visita, el gobierno anunció en un comunicado una “serie de medidas que reafirman el rumbo sanitario adoptado por el país” suramericano. Estas medidas son cinco e incluyen la reafirmación por parte de Argentina de su decisión -anunciada en febrero pasado- de retirarse de la OMS, organismo al que pertenece desde su creación en 1948.
“Hoy la evidencia indica que las recetas de la OMS no funcionan porque no están basadas en ciencia sino en intereses políticos y estructuras burocráticas que se resisten a revisar sus propios errores. Lejos de corregir el rumbo, la OMS ha optado por ampliar competencias que no le corresponden y condicionar la soberanía sanitaria de los países”, afirmó la cartera sanitaria argentina.
El Gobierno de Milei sostuvo que, “frente a esto, urge que la comunidad internacional repiense el sentido de los organismos supranacionales”.
“Si están financiados por todos, deben rendir cuentas, cumplir con los fines para los que fueron creados y no convertirse en plataformas de imposición política por encima de los Estados miembro”, añade el comunicado.
Milei anunció en febrero su intención de abandonar la OMS dos semanas después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmara una orden ejecutiva para retirar a su país del mismo organismo.
Con su salida de la OMS, Argentina queda afuera de investigaciones médicas globales del acceso al Fondo Rotatorio de Vacunas y al Fondo Estratégico de Insumos Sanitarios, que impactan en el costo de tratamientos y campañas de salud.
El Ministerio de Salud también anunció que Argentina “pondrá el foco en los procesos de fabricación, aprobación y supervisión de vacunas, con el objetivo de garantizar que las decisiones sanitarias estén basadas en evidencia pública, verificable y con controles efectivos”.
El Ministerio de Salud argentino también anunció que se profundizará una revisión estructural de los entes nacionales del sistema sanitario y que se buscará restringir el uso de aditivos sintéticos potencialmente de riesgo en productos alimentarios.
El ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, alertó que el gobierno nacional, «amplía el negacionismo contra la ciencia«, luego de que confirmaran que ciertas vacunas serán “sometidas a estudios clínicos con grupo placebo” y sostuvo que lo anunciado por el Gobierno Nacional “es peligroso” y que, además, “miente” sobre el rol, funciones y objetivos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Medidas escritas y hechas a medida por el Ministro de Salud de Estados Unidos, un reconocido antivacunas que pone en riesgo a todo su país con un brote de sarampión que ya está costando vidas. No podemos permitir que la ciencia se ponga en duda y que se pretenda retroceder a períodos oscuros. Todas las vacunas que usamos son seguras, confiables y funcionan”, expresó el ministro bonaerense sobe la visita del funcionario
Por su parte, Eduardo López, reconocido pediatra e infectólogo, sostuvo que “la enorme mayoría de los estudios de vacunas” se hacen versus placebo, pero en lo que se llama “estudio de fase 3 o fase 2-3”, e incluso, manifestó que, a veces, “no se utiliza el placebo”, sino otra vacuna “que no proteja” la enfermedad que se está investigando.
“Cuando ya hay una vacuna en el mercado que ha demostrado eficacia, uno no puede hacer un estudio versus placebo, sino que debe chequearla con la vacuna que ya está en el mercado. Esto ocurre con la vacuna de gripe, por ejemplo, o también con las vacunas para meningococos, o contra el neumococos, que también se las chequea contra otras buenas vacunas que ya existen”, explicó López.
“En estos casos, no es ético utilizar el placebo porque ya se sabe que en el mercado hay buenas vacunas que tratan tal o cual enfermedad. Entonces, sería absolutamente antiético usar placebo. Por eso, las organizaciones mundiales, inclusive el CDC europeo y la OMS, cuando hay estas vacunas ya probadas en el mercado y uno quiere introducir una nueva vacuna, tiene que demostrar la misma inmunogenicidad y la misma seguridad, y no tener títulos de anticuerpo inferiores a la vacuna que ya está”, expresó.