Un día como hoy pero de 1909 comenzaba la historia de Rafael Calzada, la localidad que, en verdad, nacería bajo un nombre que sólo los oriundos más antiguos del lugar y tal vez algunos vecinos cercanos a la zona sabrían; “Villa Calzada” la habían llamado primero.
Fue en 1956 cuando el cambio de su nombre se hizo realidad a partir de un profundo pedido de sus vecinas y vecinos que querían llevar adelante la modificación para rendir homenaje a Rafael Calzada Fernández; un jurista español emigrado a Argentina que realizó una intensa actividad social, cultural y educativa, fundando y colaborando con prestigiosas instituciones.
Desde su fundación hasta la década de 1920′, la también llamada “ciudad del arco” se caracterizó por poseer tierras que serían destinadas a la explotación agrícola-ganadera debido a la gran cantidad de chacras, quintas y tambos que la componían.
Esta localidad que ya carga con poco más de un siglo encima, acoge ciertos sitios emblemáticos que colaboran en la actualidad particular y distintivamente para diferenciarse de la localidades aledañas; el arco de bienvenida, la Escuela Nº 54 (antes Nº 50), el Cementerio Rafael Calzada, “La Celina”, y “La Santísima Trinidad”, son algunos de ellos.
El arco de bienvenida
Se ubica sobre la Avenida San Martín, en su cruce con las vías del ferrocarril. Lo inauguraron en 1966 con motivo de celebrarse el 57º aniversario de la fundación de la ciudad. Su estructura debió ser reconstruida en el 2008 luego de un importante ensanche de la Avenida.
La Escuela Nº 54
Cuatro años después de la fundación de la localidad, se fundó también la primer escuela del pueblo: la Escuela Nº 50 “Dr. Francisco Pico”, hoy N° 54, que inició sus actividades en 1913 es patrimonio histórico y que de acuerdo con la Ley Lainez, en ese momento comprendía hasta el cuarto grado.
El Cementerio de Rafael Calzada
Ya existía en la zona desde hacía mucho antes de la fundación del Partido. Cuando esto ocurrió, surgió la necesidad de hacer efectiva la compra de las tierras del actual cementerio que, en su momento, pertenecía a la familia Rincón. Pero más tarde, Esteban Adrogué colaboró económicamente para llevar a cabo su ampliación y mejoramiento y las obras fueron encomendadas al constructor Pablo Regazzoni.
“La Celina”
En 1910, el Dr. Rafael Calzada encomendó la construcción de esta residencia que se ubicaba en el cruce de las calles Colón y Rivadavia, frente a la estación del tren. Era una antigua mansión de estilo francés con amplios jardines y plantaciones frutales que, lamentablemente en 1950 fue destruida totalmente a causa de un incendio. Calzada se la había obsequiado a su esposa, quien se llamaba Celina.
“La Santísima Trinidad”
Fue en 1931 cuando comenzaron las obras para la construcción de esta imponente iglesia a cargo Juan Fogeler. Su majestuosidad arquitectónica que combina los estilos románico y gótico la caracterizan. El diseño y los planos fueron ideados por el sacerdote Beckert. En 1933 se llevó a cabo la ceremonia de la Consagración del Templo y el Altar.