Por Federico Guerra
Desde 1959, el 6 de agosto quedó instituido como el “Día de la Enseñanza Agropecuaria”, en conmemoración del inicio del dictado de clases en el Instituto Superior Agronómico-Veterinario de la provincia de Buenos Aires, ocurrido en 1883.
Esta fecha significó el comienzo de los estudios superiores en materia agropecuaria en el país. El Instituto ocupaba el predio de la antigua estancia Santa Catalina, ubicada en el actual partido de Lomas de Zamora.
La historia comenzó en las estancias Santa Catalina, Monte Grande y La Laguna, en las que se asentó en 1825 la primera y única colonia de granjeros escoceses en Argentina (hoy Llavallol, partido de Lomas de Zamora). Actualmente en estas tierras funcionan dependencias de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNLZ, y de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales UNLP, así como una Oficina de Desarrollo Local del INTA AMBA.
Carlos Rossi, decano de la Facultad de Ciencias Agrarias (UNLZ) recordó que el 6 de agosto, “está directamente vinculada con el histórico predio de Santa Catalina, ubicado en Llavallol en el partido de Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires. Los archivos y registros históricos determinan que el 6 de agosto de 1883 se constituye en un hito de las Ciencias Agropecuarias de nuestro país”.
En este solar histórico de 700 hectáreas funcionan la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (fundada en 1972); el histórico Instituto Fitotécnico de Santa Catalina de la FCAyF de la UNLP (fundado en 1928) y el tambo de las Facultades de Ciencias Veterinarias y Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad Nacional de La Plata.
Rossi agregó que en esta casa de estudios se recibieron los primeros egresados en ciencias agrarias de Sudamérica: “Cuando llegaron los colonos escoceses sabían que la Argentina tenía un gran potencial agropecuario pero para obtener su máxima riqueza debían acompañar sus labores con el estudio para lograr un progreso y un beneficio aún mayor. Por eso incorporaron los conocimientos agrarios”.
Legados
“Las familias escocesas aportaron sus conocimientos, fuerzas y virtudes en estas tierras fértiles y salvajes en aquel entonces”, dice la licenciada Adriana Fiedczuk a cargo del Centro de Interpretación Magna Santa Catalina.
Los colonos de Santa Catalina legaron artes y técnicas agropecuarias novedosas, a lo cual se sumaron otras instancias posteriores relacionadas a la enseñanza agropecuaria tanto de nivel superior como de desempeño rural práctico.
Fiedczuk recuerda un párrafo que escribió William Grierson el 20 de julio de 1825 en su diario personal de la travesía del barco Symmetry que los trajo a estas tierras: “A las 19 estábamos todos sobre cubierta disfrutando de una noche tranquila y hermosa. De repente se oyó el violín, la flauta y la gaita, y nuestros muchachos y las ninfas hicieron resonar la cubierta con su baile, demostrando que las 8.000 millas de océano no habían logrado aplacar su sangre escocesa”.
Sumados todos estos antecedentes, Santa Catalina obtuvo su reconocimiento como Lugar Histórico Nacional en 1961, atributo coronado en 2011 por la designación reciente de Reserva Natural Provincial. Como las de “Las mil y una noches” la de Santa Catalina es una historia compuesta por muchas historias.