La escritora de Burzaco Claudia Piñeiro, acaba de publicar su nueva novela titulada “Las maldiciones”, donde se sumerge en una historia que muestra con crudeza la trastienda de un partido político, cuyo líder, lejos de los ideales, busca llegar al poder con prácticas inescrupulosas, que remiten a la “nueva política” del marketing, dedicada a construir falsos líderes desde los medios de comunicación y las redes sociales.
Autora de Las viudas de los jueves, Betibú y Una suerte pequeña, Piñeiro se sumergió en esta novela por primera vez con un tema vinculado a la política. En el libro editado por Alfaguara se cruzan los destinos de Román Sabaté, un joven que ante la necesidad de lograr un ingreso económico participa de una selección de personas para integrar un espacio donde conocerá a Fernando Rovira, líder del partido Pragma, que lo contrata para que sea su secretario privado.
En el libro, Rovira es un emprendedor inmobiliario inescrupuloso que, movido por una ambición sin límites y un asesor de imagen que le dice lo que tiene qué hacer y decir, llega a ser intendente y buscará ser gobernador de la provincia de Buenos Aires y presidente de la Nación, aunque previamente deba sortear la maldición de Alsina, que según la creencia, impide a los mandatarios bonaerenses ser presidentes.
“En esta novela la política se pone en primer plano y el clima que hay es de añoranza a una política que se hacía, pero que ya no se hace y a lo mejor no se hará nunca más. No tiene que ver sólo con la Argentina, sino que lo vemos a nivel mundial: Emmanuel Macron, en Francia por izquierda, y Donald Trump, en Estados Unidos por derecha, también pertenecen a este tipo de políticos que se arman más en base a las reglas del marketing, la publicidad, la construcción de un candidato, que del ideario político, la ideología y la historia de un partido”, dijo en una entrevista con al agencia Télam.
El nuevo libro de Piñeiro cuenta que en el 1800 el presidente Julio Argentino Roca contrató a una bruja de la localidad de Tolosa para que impidiera que el gobernador Dardo Rocha llegara al Poder Ejecutivo, que ese conjuro fue efectivo y se fue replicando a lo largo del tiempo. Una vez terminada, inició a pedido de Ricardo Alfonsín, cineasta y nieto del ex presidente Raúl Alfonsín (1927-2009), un guión ficcional para una película que tendrá como protagonista al mandatario que gobernó el país desde 1983, con la recuperación de la democracia, hasta 1989.
-¿De dónde surge en vos el interés por la política?
-Mi padre era comunista, y en la época de la dictadura no salía a militar, sino que se quedaba tomando mate en calzoncillos, y por eso escribí la novela “Un comunista en calzoncillos”. Él sabía muchísimo de política, hablaba todo el tiempo de eso y nos contaba que aparecían flotando cadáveres en el Río de la Plata, cosas que no todo el mundo manejaba. En mi casa se hablaba mucho de política, y por eso me interesa. Yo creo que somos seres políticos y que si a un escritor no le interesa la política esa postura también es política.
-¿Qué rol considerás que juegan los medios en la creación de candidatos?
-Estamos viviendo una situación donde un candidato se construye en base a cómo se manejan los medios y determinadas campañas. Siempre hubo asesores de imagen pero hoy el asesor de marketing tiene un peso superior, cualquier político, hasta el más tradicional, tiene asesores.
-El problema es qué hay detrás de cada discurso.
-Lo que planteo en la novela es que se busca un discurso que sea efectivo para conseguir votos: “Yo digo esto porque es efectivo y busco el voto, no busco el bien común, sino que me voten, después vemos si propendemos al bien común; pero si te digo que voy a hacer esto, que no te va a gustar mucho, y es en pos del bien común, no me vas a votar y entonces no te lo digo”. Todo el tiempo está esa contradicción en el discurso político: qué digo para que me voten. Creo que algunos políticos van a seguir con estos discursos porque convencen y, en palabras de Lévi Strauss, la magia del hechicero funciona hasta que deja de funcionar. ¿Cómo? Básicamente con un pueblo más educado y con gente cada vez más informada y culta, por eso si la educación va para atrás tenemos un problema. Lo que es irremediable es que la educación y formación del ciudadano tienen que ser cada vez mejor, no peor, sino el círculo va a ser difícil de cambiar.
-¿Por qué pensás que algunos personajes sin trayectoria política quieren ocupar lugares en la política?
-Tiene que ver con lo que significa el poder. El más malo de todos piensa que nadie va a hacer las cosas mejor que él; el motor tiene que ver con el ego, con demostrarle a alguien determinada cosa que, a veces, tiene que ver con otra cuestión. Da la sensación de que el poder deja a los políticos en soledad y en una situación de incertidumbre y que por eso recurren a los adivinos o brujos.
Fuente y fotos: Télam