Trabajamos más y ganamos menos. Y con un 42% de las y los trabajadores condiciones de informalidad. Así reciben el 1 de mayo las y los argentinos.
Según un informe del Centro de Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo (CETyD) de la Universidad Nacional de San Martín, “estamos asistiendo a un crecimiento de la intensidad laboral”.
El informe destaca que las horas trabajadas por cada asalariado aumentaron un 5,1% interanual en el cuarto trimestre de 2024. Esto significa que los ingresos de los trabajadores están aumentando no porque su hora de trabajo haya incrementado sustancialmente de valor, sino porque están trabajando más horas.
El ministro de Economía, Luis Caputo, afirmó en la red social X que “el salario real privado registrado está en el máximo nivel desde agosto de 2018”. Pero esa mejora no se debe a un aumento en los salarios de convenio, sino a que los trabajadores están extendiendo sus jornadas laborales.
“A diferencia lo que ocurre con la actividad económica, que ya volvió al nivel que tenía al iniciar la crisis, el empleo no logró compensar la contracción previa y a fines de 2024 se mantuvo 2,3% debajo de fines de 2023. Sin embargo, lo que sí está aumentando es la cantidad de horas que trabaja cada trabajador, que crecieron 5% en ese mismo período de tiempo. Esto puede deberse a que, en el actual contexto de inestabilidad, las empresas están optando por aumentar las horas extra antes que por contratar más trabajadores a sus plantillas”, destaca el informe nombrado.
Esta situación es preocupante porque las horas extra son un ingreso inestable: «El aumento de salarios basado en horas extra puede revertirse rápido si la actividad se estanca o retrae. A diferencia de aumentos negociados en paritarias, las horas extra son el primer componente salarial que se elimina cuando la economía pierde dinamismo”.
Trabajadores informales
El empleo informal sigue siendo una de las principales deudas estructurales del mercado laboral argentino. Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), el 42% de los trabajadores en los 31 principales aglomerados urbanos del país se encuentra en condiciones de informalidad.
La cifra representa a más de 5,7 millones de personas dentro de los aglomerados relevados, y, extrapolado a nivel nacional, implica que más de 9 millones de argentinos trabajan sin registrar su actividad, sin descuentos jubilatorios ni cobertura legal.
Uno de los datos más alarmantes del informe es el impacto de la informalidad entre los trabajadores jóvenes. En el grupo de hasta 29 años, la tasa asciende al 58,7%, lo que implica que casi 6 de cada 10 jóvenes argentinos labura en negro.
Entre las mujeres, la informalidad también está por encima del promedio general: 43,4% frente al 40,9% en varones. El problema se agrava si se cruzan ambos factores: ser mujer y joven significa tener altas probabilidades de quedar fuera del circuito laboral registrado. Los adultos mayores de 65 años, el 49,5% se encuentra en situación informal, mientras que en el rango etario de 30 a 64 años, la tasa baja al 36,5%.