El periodista, productor y conductor televisivo Gerardo Rozín, dueño de un personal estilo que alcanzó popularidad en la pantalla de Telefe con ciclos como “Morfi, todos a la mesa” y “La Peña de Morfi”, desde donde recuperó la música popular tocada en vivo en la TV abierta, murió en la noche del viernes a sus 51 años.
El rosarino falleció a causa de un tumor cerebral que lo aquejaba y que en los últimos días hizo que Telefe, el canal donde trabajaba, difundiera un comunicado refiriendo a su “delicado” estado de salud y pospusiera el estreno de la séptima temporada de “La Peña de Morfi” que iba a comenzar el próximo domingo.
La muerte de Rozín impactó de inmediato en las redes sociales, donde se sucedieron los mensajes de despedida de artistas, músicos, compañeros de trabajo y personalidades de todos los ámbitos.
A lo largo de su trayectoria, el comunicador también condujo “Tres poderes, “Esta noche libros”, “Gracias por venir” y “Morfi, todos a la mesa”, fue productor de “Hora clave”, “Georgina y vos”, “Mañaneras”, “Es por ahí” y se desempeñó como gerente de programación de Azul TV (una de las tantas denominaciones legadas al canal de Alejandro Romay hoy llamado El Nueve).
Pero sin dudas fue en “Morfi, todos a la mesa” y “La Peña de Morfi”, sus dos últimos envíos que se emitieron por Telefe, donde Rozín configuró acabadamente su perfil como animador jovial, entrevistador cálido y enorme difusor de la música popular argentina a la que le dio un espacio en vivo que se le sigue retaceando.
“Soy como un Badía sin talento. En realidad yo me siento más cercano a Juan Carlos Mareco, de quien era fanático y lo considero mi referente”, supo decir en su momento.
“Hace 10 años empezamos a hacer una televisión más artesanal que lo que el medio pide y logré salir por otro lado produciendo cosas a partir de géneros televisivos que por ahí estaban en desuso y los repusimos a nuestra manera“.
Antes del inicio de la pandemia de coronavirus, cuando “La Peña…” preparaba su quinta temporada, Rozín arriesgó que el suceso del espacio se debía a que “se trata de una mezcla y que nos lo tomamos en serio. Hay compromiso con el trabajo. Todo está muy laburado y es muy divertido. Y, en el plano musical, siempre intentamos sorprender. Hay una profunda búsqueda por la excelencia”.