La curtiembre Gaita de Lanús fue clausurada ayer luego de un allanamiento realizado por la Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo (Acumar), y en el que se constató que la empresa continuaba operando de manera clandestina.
Según informó Acumar en un comunicado, tras el operativo, en el que se comprobó que Gaita seguía funcionando a pesar de tener una clausura previa, se procedió al corte simultáneo del suministro de todos los servicios públicos y el decomiso y secuestro de las bombas hidráulicas para garantizar la interrupción inmediata del proceso productivo. Además, AySA detectó un sistema de cañerías paralelo y no declarado que también fue desmantelado.
Las medidas fueron autorizadas por el Juzgado N°2 de Lomas de Zamora, al cual Acumar había solicitado intervención por las reiteradas violaciones de las sanciones. De esa manera, el organismo fue autorizado a realizar la extracción y secuestro de bombas de agua de la planta y a articular con las empresas de servicios para hacer efectivo el corte de suministros.
Gaita había sido clausurada a fines de septiembre, luego de que la Justicia autorizara a realizar una barrera física al vuelco de efluentes que la empresa generaba. A pesar de tener estas sanciones vigentes, el establecimiento continuó funcionando de forma clandestina e incumplió con la presentación de un Plan de Adecuación. Las clausuras sobre cualquier establecimiento rigen hasta que se presente un plan y este resulte aprobado.
La actividad curtidora está considerada una de las más críticas en términos ambientales por su capacidad de vertidos industriales con carga orgánica y química de cromo y sulfuros. La mayor concentración de estas industrias se encuentra en Lanús, por eso la construcción del Parque Industrial Curtidor (PIC) y la Planta de Tratamiento de Efluentes Líquidos Industriales (Pteli) en esa localidad.
Del operativo participó también personal de la División de Delitos Ambientales de la Policía Federal, AySA, Edesur, Metrogas y Defensa Civil.