La entrega gratuita por parte del Estado, obras sociales y prepagas de insumos ecológicos y saludables para la gestión menstrual, también de antiinflamatorios, y la incorporación de la menstruación en la educación sexual, son ejes de un proyecto legislativo, mientras que sólo dos ciudades argentinas pusieron en marcha programas para atenuar una de las situaciones que genera desigualdad a quienes menstrúan por el costo económico que implica el acceso a toallas, tampones y copas.
Por eso el proyecto de ley propicia que el Estado, las obras sociales y prepagas, entreguen gratis “elementos ecológicamente sustentables, entendiendo que los otros hacen daño a la salud y tienen impacto ambiental”.
Se refiere a las toallas descartables y tampones, ya que un informe del Espacio Multidisciplinario de Interacción Socioambiental de la Universidad Nacional de La Plata detectó en ambos productos concentraciones del herbicida glifosato, y de su derivado, el ácido orgánico AMPA (aminofosfonato ácido aminometilfosfónico).
La pionera iniciativa MenstruAcción de la organización Economía Feminista, iniciada en 2017 en el país, fue la que alertó sobre el factor de desigualdad que implica la natural e inevitable llegada mensual del ciclo, un gasto que pagan ellas en un contexto donde ganan, en promedio, un 30% menos que los varones.
Y es un aporte más a la desigualdad porque “hay muchas que no tienen recursos económicos para comprar los insumos, faltan a la escuela, usan elementos que no son aptos sanitariamente, dejando de socializar o de ir a trabajar”, dijo a Télam Carmela Moreau, asesora de Jefatura de Gabinete de Ministros.
Ella es la impulsora de un proyecto de ley integral de menstruación sostenible, presentado por los diputados del Frente de Todos Nicolás Rodríguez Saa y Lucas Godoy.
“En un contexto de brecha salarial y feminización de la pobreza, creemos que el acceso a los productos de gestión menstrual debe ser universal, gratuito y obligatorio”, consideró Moreau.
Si bien hay varios proyectos en debate en el Congreso, su iniciativa establece que la gestión menstrual “sea una política de salud pública”.
Toallitas y tampones, nocivos para la salud
Moreau explicó que la iniciativa de tener una ley que también garantice métodos seguros está apoyada en que tanto los tampones como las toallitas femeninas “generan problemas para la salud, como hipotiroidismo, afectan la salud reproductiva provocando abortos, y problemas para el desarrollo cognitivo”.
Es por eso que su proyecto propicia la entrega de la copa menstrual, de paños, ropa interior y toallas reutilizables.
Moreau también quiere que se sumen insumos que los ministerio de Salud y Medio Ambiente “consideren biodegradables y reutilizables. Sabemos que en otros países se trabaja en toallitas y tampones orgánicos”.
El proyecto de ley integral también contempla la entrega de antiinflamatorios para atenuar los cólicos menstruales, que según la Organización Mundial de la Salud, afectan al 75% de las adultas.