A las 3.35 del 9 de noviembre de 1985 partió desde el andén 2 de la estación Plaza Constitución el primer servicio eléctrico que une desde entonces el sur del conurbano con la Ciudad de Buenos Aires. Se trataba de un tren Toshiba de origen japonés que partió con destino a Glew.
Habían pasado cuatro años de obras para dar con una promesa hecha varias décadas atrás, como manera de acompañar una explosión demográfica que obligaba a mejorar un servicio colapsado y obsoleto.
Antes de poner los trenes sobre los rieles hubo que renovar vías vías, colocar columnas y catenarias, construir usinas eléctricas y talleres de alistamiento de formaciones en Llavallol. Se elevaron los andenes y se remodelaron de forma casi completa algunas estaciones.
Algunas personas que trabajan desde hacen años en el servicio recuerdan que durante la concesión de la empresa Metropolitano -que pintó los vagones con una M verde y gigante- el servicio entregado en los años 90 al empresario bajó la calidad a pesar de que su lema era “Nuestro mayor logro, la confianza de los pasajeros”.
El empresario Sergio Tasseli se hizo cargo del servicio en 1995 y lo gestionó hasta 2007, cuando lo recuperó el Estado Nacional. Durante la gestión privada, las ventanas parasol de aluminio fueron quitadas por la empresa Metropolitano con la excusa de que los usuarios no la utilizaban y en verdad lo hicieron porque estaban fabricadas en aluminio, un metal que por esos años tenía un alto costo en el mercado.
Se formó por esos años la asociación Pasajeros del Roca, que durante varios jueves protestó en el hall de Constitución contra las cancelaciones, las demoras y el estado de los trenes. En 2005 se había formado SUER (Sufridos Usuarios del ex Roca), que reunió 4300 firmas para pedir por la quita de la concesión.Furiosos por las demoras, un grupo de usuarios inició sin saberlo la quita de la concesión el 15 de mayo de 2007: 25 heridos, destrozos en carteles, boleterías y enfrentamientos a piedrazos con la policía fue el saldo de un día de furia tras la cancelación de los servicios a Glew y Ezeiza.
Había quedado al descubierto la maniobra: la empresa vació el servicio y se quedó con los subsidios millonarios que recibió durante más de 10 años por parte del Estado Nacional.
Más de medio millón de pasajeros utiliza a diario el servicio de trenes desde Constitución hacia los diferentes ramales. Varios de ellos recordarán con pelos y señales los asientos naranjas reversibles, la primera sensación de viajar en un tren que no provocaba un ensordecedor ruido y la emoción de ver puertas automáticas de aquel soñado servicio eléctrico del tren Roca.