Efectivos de la Policía Federal Argentina (PFA) detuvieron en Burzaco a un hombre acusado de comercializar y promover el uso de dióxido de cloro, una sustancia nociva la cual es promocionada como “cura” contra el coronavirus.
De acuerdo a la información de la policía, todo comenzó en el mes de abril cuando comenzaron a investigar un perfil de Facebook en el que se publicaban videos de conferencias y libros de un supuesto investigador sobre esta sustancia y se mostraban los métodos de preparación y cómo consumir este líquido, por lo cuak
Tras tomar conocimiento de esto, agentes de la División Investigación de Falsificación y Adulteración de Fármacos de la PFA identificaron a la persona detrás de este perfil y lo ubicaron en un domicilio de la localidad de Burzaco.
La Fiscalía Federal N° 1 de los Tribunales de Lomas de Zamora, a cargo de la Dra. María del Carmen Tucci, ordenó el allanamiento de la vivienda y allí lograron dar con el acusado: se trata de un hombre de 65 años.
El vecino de Burzaco quedó detenido. Además la PFA secuestró líquidos para la preparación de clorito de sodio, los cuales estaban fraccionados en 583 botellas. También había 193 goteros, imágenes, folletos, hologramas, láminas, un CPU, un celular y otros elementos de interés para la causa.
La ingesta de dióxido de cloro fue la causa de muerte de un niño de 5 años ocurrida el 15 de agosto pasado en la localidad neuquina de Plottier, según las conclusiones difundidas de la Junta Médica que analizó los resultados de la autopsia y estudios complementarios ordenados por el Ministerio Público Fiscal (MPF).
Al respecto, desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), aseguró que “el dióxido de cloro de ninguna manera es un producto diseñado para ingerir por un ser humano” y remarcó que “está demostrado que no tiene ningún efecto ni preventivo ni terapéutico para ninguna enfermedad”.
En la misma línea, agregó que “lo que sí está demostrado son importantes efectos colaterales que pueden llevar a complicaciones muy serias terminando con la muerte”.
“Hay que entender que los productos no farmacológicos, no aprobados por las entidades regulatorias son peligrosos”, aseguró.