José Morales es vecino de Burzaco y profesor de artística en distintos colegios de Almirante Brown. El primero de septiembre fue detenido, y liberado tres días después, cuando salia de una pizerría luego de la primera marcha a Plaza de Mayo en la que se reclamó la aparición con vida de Santiago Maldonado y donde la policía reprimió con gases lacrimogenos y encarceló a otras 30 personas.
De esas 31 personas, 22 quedaron procesadas sin prisión preventiva por los delitos de “intimidación pública” y “resistencia a la autoridad”. Estos últimos días, la Cámara Federal determinó que no había elementos para sostener las imputaciones y dispuso los sobreseimientos y las faltas de mérito. Aún quedan dos procesados por supuesta “resistencia a la autoridad”.
“Esta claro que detrás de los arrestos del viernes a la noche hubo un armado. Fue un ensayo para disciplinar la protesta“, asegura Morales en diálogo con Brown On Line.
Morales nunca estuvo entre los 22 procesados porque se dispuso la falta de merito debido a las contradicciones en las declaraciones de la Policía de la Ciudad sobre donde y a la hora en que el profesor de Burzaco fue detenido.
El acta de detención asegura que lo agarraron en la Plaza de Mayo, frente de la Casa Rosada, cuando estaba tirando botellas y piedras “y quemando carros de basura”. Morales, sin embargo, tiene el ticket de la pizzería donde, después de participar en la marcha, fue a comer, a siete cuadras de donde se supone que fue arrestado.
“Parece un realismo mágico, es todo muy absurdo. Incluso usaban las mismas actas para varios detenidos, con el mismo contenido y sólo le cambiaban el nombre”, advierte Morales.
El profesor de artística no duda de que hubo infiltrados en la protesta: “a las personas que veíamos que provocaban los disturbios, que estaba encapuchados, no los detenían. Pero si comenzaron correr a unos chicos que estaban haciendo una batucada en la vereda”.
Fue en ese momento en que el vecino de Almirante Brown se acercó porque le pareció una situación injusta, y uno de los policías les tira gas pimienta y lo detiene.
Aunque no fue procesado por falta de merito la causa de Morales está abierta a la espera de nuevas pruebas y debe ir todos los meses a Comodory Py para certificar que no hay riesgo de fuga: “presente dos testigos y aún no fueron llamados a declarar”.
A pesar de la detención y la represión, Morales asegura que “no hay que tener miedo de seguir participando” pero advierte: “hay que tener cuidado. Nos tenemos que cuidar entre todos”.