Un búnker narco fue derribado ayer en la localidad bonaerense de Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora, y en diversos operativos la Policía detuvo al supuesto cabecilla de la banda que integraba “El lágrima”, quien está acusado de haber disparado con una ametralladora el frente de varias casas en la misma zona, informaron fuentes oficiales.
El lugar donde se vendía droga, en donde se encontraron gran cantidad de envoltorios con dosis de paco y en cuya terraza se apostaban los “mirillas” que actuaban de vigilancia, fue tirado con una pala mecánica en presencia de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, y de su par bonaerense, Cristian Ritondo, entre otros funcionarios.
Al respecto, la funcionaria señaló que se encuentran en una “lucha muy fuerte contra el narcotráfico” y contra aquella “gente que lo que hace es arruinarle la vida a los argentinos”.
En las detenciones se produjo la aprehensión de “El patrón de la bolsa”, el supuesto cabecilla de la banda que integraba “El lágrima”, además de secuestrar una escopeta calibre .12/70 y una ametralladora FMK3 calibre .9 con la que se había disparado el frente de una vivienda en Ingeniero Budge.
Matías Emanuel “Lágrima” Ríos (29) fue detenido el 24 de mayo , días después de que se difundiera un video en el que se lo veía ametrallando el frente de una casa para amedrentar a un vecino que había denunciado a la banda, pero quedaban prófugos en la investigación.
El ministro informó que nueve detenciones las realizó la Policía Federal en las últimas horas, mientras que otras tres fueron efectuadas por la Policía bonaerense, y que se habría desarticulado “en su cabeza” a la banda de narcotraficantes que operaba en la zona.
Esa organización se encargaba de fraccionar estupefacientes y distribuirlos en distintas cocinas instaladas entre casillas, en donde producían cocaína, pasta base y paco.
Según informó la Policía, los narcos empleaban a mujeres y menores para que armaran los paquetes de sustancias que serían comercializados, y utilizaban a los consumidores para controlar quiénes entraban y salían de la zona.