Pese al acuerdo del Gobierno Nacional con los empresarios para evitar despidos, en junio 11 mil personas se quedaron sin trabajo. Al 30 de junio se contabilizan 180 mil despidos y suspensiones, lo que representan un incremento del 7% respecto a la cifra de mayo.
Según datos relevados por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), la mayor parte de las nuevas cesantías se produjeron en el sector privado, todo indica que como efecto de la baja del consumo. Los despidos golpearon con fuerza a los trabajadores de frigoríficos y a los vinculados con la fabricación de electrodomésticos, dos tipos de productos que con la suba de precios quedaron fuera de la canasta popular.
“Luego del impacto inicial que tuvieron los despidos en los distintos ministerios nacionales, carteras provinciales y municipales, los despidos y suspensiones del sector privado superaron ampliamente a los del sector público”, señala el informe.
En efecto, los despidos en el sector privado pasaron del 56,84% al 61,22% en abril, al 61,83% en mayo y al 62,96% en junio, mientras que los del sector público (en el nivel nacional, provincial y municipal) redujeron su participación del 43,16% en marzo, al 38,78%en abril, al 38,17% en mayo y al 37,04% en junio de 2016.
Si se observa el mapa de los despidos según la actividad, en junio encabezaron el ranking los frigoríficos con más de mil echados. Lo siguió el sector de electrónica y electromésticos con 540 despidos.
Dos casos ilustrativos son el de Longvie –que prescindió de 60 trabajadores contratados, argumentando la falta de demanda de sus productos–, y el de KMG-Kodak, fabricante de cámaras de fotos que suspendió a todos sus trabajadores por seis meses, “hasta vender el exceso de stock”.
Las empresas textiles, por su parte, continúan expulsando trabajadores: Alpargatas –con 450 suspensiones–, Puma, Kevingston, están entre las marcas conocidas que achicaron sus planteles de empleados.