El Gobierno anticipó que continuará con el vaciamiento de Trenes Argentinos de cara a avanzar con su privatización. Entre las próximas medidas, la Secretaría de Transporte anunció que profundizará los despidos. Según los números que brindó, echará a 1.937 personas. La medida forma parte del plan oficial para sanear las cuentas públicas y avanzar hacia la privatización de servicios ferroviarios, con el objetivo de atraer capitales privados mediante concesiones parciales o totales.
La empresa estatal, que gestiona la mayoría de las líneas ferroviarias urbanas, de larga distancia y regionales, ya aplicó una serie de recortes durante el último año. Entre las acciones implementadas se encuentran la eliminación de 277 cargos jerárquicos, una reducción del 32% de su estructura directiva, y el recorte del 73% de las horas extras.
El ajuste también abarcó la «racionalización del parque automotor«, con una reducción del 30% en la flota de vehículos alquilados, la eliminación de camionetas 4×4 y un control más estricto sobre el uso de tarjetas de combustible.
Según fuentes oficiales, el objetivo es dejar la dotación de personal en torno a los 20.000 trabajadores, una cifra considerada “histórica” y más adecuada para la magnitud de los servicios prestados. La reducción de personal alcanzó en el último año y medio a 1.897 empleados, entre ellos casos de funciones duplicadas o ausencias reiteradas.
El proceso de privatización de Trenes Argentinos se enmarca dentro del paquete de reformas incluidas en la Ley Bases, que también contempla el traspaso al sector privado de otras empresas estatales como Enarsa, YCRT y AySA. El Gobierno insiste en que la transición será «gradual y ordenada», sin despidos inmediatos, pero sí con un fuerte rediseño operativo.
La privatización genera preocupación entre los trabajadores y usuarios que temen que la calidad del servicio siga empeorando.