La noticia golpeó al fútbol argentino el 15 de mayo de 2015. Después de pasar varios días internado en terapia intensiva debido al tremendo golpe en la cabeza que sufriera en el mismísimo estadio de San Martín de Burzaco, Emanuel Ortega, jugador del Azul, se convertía en una víctima más del fútbol, como consecuencia de haber impactado contra una pared del estadio.
Por eso, a un año de su muerte, sus amigos, compañeros del club, hinchas del Azul y su familia ofrecieron este sábado por la tarde una misa en su nombre en la Capilla San Francisco de Asís, de Juan XXIII y Tiglio, a pocas cuadras del estadio Francisco Boga, donde el ex lateral jugó su último partido.
Después de su muerte, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) apercibió a los clubes que tuvieran una pared cerca de la línea de cal de la cancha a que la revistan con colchonetas para atenuar posibles impactos. La medida de la AFA no fue obligatoria y le dio a los clubes 90 días para realizar el acondicionamientos.
Mientras tanto, San Martín de Burzaco, golpeado, estuvo casi un mes sin jugar, y el ente rector del fútbol no hizo más que suspender la fecha tras la muerte -no después del golpe- pero las categorías siguieron jugando como si la muerte de Emanuel Ortega no hubiera servido para darse cuenta de nada.