Adrogué: la localidad cabecera de Almirante Brown, cuenta con poco más de 30.000 habitantes, y continúa siendo básicamente una pintoresca zona residencial, con calles empedradas, frondosos árboles y numerosas plazas. Pero su historia comenzó con el nacimiento de la estación ferroviaria.
Los comienzos
La porción de tierra donde está actualmente el núcleo de Adrogué, fue adquirida por don Esteban Adrogué a un agricultor llamado Tomás Paredes. Pagó unos 150.000 pesos moneda corriente aproximadamente en los comienzos de la década de 1870. Adrogué cedió esos terrenos al Ferrocarril del Sud, la empresa que desde 1862 construía un ramal para unir la Plaza de la Constitución con Chascomús. El objetivo que tenía era que el tren acercase huéspedes a su hotel La Delicia.
En aquellos años, don Esteban Adrogué realizaba frecuentes paseos a sus nuevas posesiones, trasladándose a caballo desde Lomas de Zamora, donde habitaba durante el verano y en una de esas excursiones le llamó mucho la atención la forma topográfica de las superficies recientemente obtenidas y tuvo el propósito de instalar allí una pequeña granja, poblándola de frutales ya que creía que podrían ser explotados sus productos.
Llevó a la práctica su iniciativa y se trasladó a vivir con su familia en las nuevas posesiones, construyendo previamente una casa quinta. El lugar que rodeaba la nueva población, construída con toda amplitud, habría de ser más tarde ocupado por el hotel “La Delicia”, el cual existe actualmente. Concluido el edificio al finalizar el año 1871, fue ocupado por sus poseedores al año siguiente, pero no les satisfizo por el agudo silencio que había por la noche. Entonces, pensó que allí podía formarse un nuevo pueblo.
Era el año 1872 y don Esteban Adrogué combatió esa soledad instalada entregando parte de sus tierras para la construcción de una estación de trenes. Conversó con el personal del por entonces Ferrocarril del Sud, para poder efectuarla. Pensaba que la hoy llamada estación Adrogué debía llamarse ‘Almirante Brown’, por su admiración con quien defendió la bandera nacional del ataque brasileño, pero como ya había una estación en el barrio de La Boca con ese nombre, optó por dejar la elección de la denominación definitiva a quienes construirían la estación. Y así fue, una vez finalizada se le colocó el nombre de Adrogué.
Según relató Cesar Adrogué en su libro sobre la historia del partido de Almirante Brown una gran fiesta se dio el 29 de septiembre de 1872, ya que ese día corrió el primer tren entre las estaciones de Constitución y la flamante estación Adrogué.
“Partió el tren expreso a las 12 en punto de la Estación Constitución, tocando las estaciones Barracas (hoy Avellaneda) y Lomas (hoy Lomas de Zamora), con ciento setenta pasajeros, con pasaje gratis”; comentó en su obra Cesar Adrogué.
La estación fue poco después una humildísima casilla de madera, que subsistió varios años. En esa época parecía que el ferrocarril marchaba por alto nivel y los pasajeros debían hacer verdaderas proezas para utilizar sus servicios. No existían andenes ni nada parecido; mediaba una considerable altura desde la puerta del vehículo hasta el suelo, por lo que era necesario muchas veces utilizar una pequeña escalera para poder descender.