20 de julio de 1969. El hombre pisó la luna por primera vez y el vecino lomense Enrique Ernesto Febbraro se convenció que debía ser el Día del Amigo. Desde allí, nunca dejó de ser motivo de encuentros y de grandes festejos.
Oriundo de Lomas de Zamora, también odotólogo, psicólogo, escritor, profesor y músico, es el padre de la celebración que reúne a las amistades de buena parte del mundo. Todo surgió mientras miraba la misión de Apolo 11 que significó la llegada del hombre a la luna. Ahí tuvo la idea de escribir 1000 cartas a distintos lugares del planeta para impulsar la iniciativa y recibió más de 700 respuestas. Ese fue el nacimiento de la celebración que hoy cuenta con un gran arraigo popular en Argentina.“Fuimos sus amigos y ellos, amigos del universo”, decía.
La hazaña se transformó como uno de los sucesos más importantes de la historia universal y generó fuerte interés en todos los rincones del mundo. Tanto fue así que en 1983, se promulgó al partido de Lomas de Zamora como la “capital provincial de la amistad”.
“Mi amigo es mi maestro, mi discípulo y mi condiscípulo. El me enseña, yo le enseño. Ambos aprendemos y juntos vamos recorriendo el camino de la vida, creciendo. Solo el que te ama te ayuda a crecer”, destaca el Rotary Club del que Enrique Febbraro era un socio activo.
Enviudó en dos oportunidades, tuvo dos hijos y cuatro nietos. Falleció el 4 de noviembre de 2008. Para muchos, partía un hombre multifacético. Para otros, se iba un amigo.