El popular trovador folclórico salteño Daniel Toro, autor de un cuantioso y reconocido cancionero cuya obra máxima es “Zamba para olvidarte” (con letra de Julio Fontana), murió este jueves en un hospital de la capital de Salta donde se encontraba internado desde el 28 de abril pasado con un cuadro de neumonía que a pesar de que mostró una mejoría -había estado entubado y luego salió de ese cuadro- no pudo ser revertido.
Uno de sus hijos, el también cantautor Facundo Toro resumió el sentir familiar tras la partida de su padre. “Estoy sentado en el sillón donde él pasaba todas sus tardes, en la casa grande que soñó siempre, con una acequia y una larga galería para reunir a todos sus hijos, rodeada de montañas y mirando su naranjo, abrazado a mis hermanos, más unidos que nunca”, dijo el músico que estaba a punto de subirse a cantar en Mendoza cuando se enteró de la muerte de Daniel.
Vida y obra del cantautor
Nacido el 3 de enero de 1941 en Salta, Toro firmó más de un millar de obras entre las que se cuentan verdaderos clásicos del cancionero argentino e hispanoamericano que fueron capaces de abordar tanto cuestiones amorosas como sociales.
El artista creó himnos románticos como “Para ir a buscarte” (junto a Ariel Petrocelli), “Mi mariposa triste” y la citada y versionadísima “Zamba para olvidarte”, pero también dotó de un pulso atractivo a la temática testimonial de piezas entre las que destacan “Cuando tenga la tierra” (también con Petrocelli), “Este Cristo americano” y “El antigal” (con Lito Nieva y Petrocelli).
Semejante obra fue creada en relativamente poco tiempo ya que Toro fue una de las voces que la última dictadura cívico-militar quiso acallar por medio de la censura y entonces debió recurrir a llamarse Casimiro Cobos. En medio de ese trance político, el músico padeció un cáncer de garganta que le hizo perder la voz y lo alejó de los escenarios. Solo se lo podía ver de vez en cuando en la peña de su hijo Facundo en Cosquín, pero ya no era el mismo.
El camino musical del salteño comenzó en 1959 integrando varios conjuntos locales como Los Tabacaleros, Los Forasteros, Los Viñateros y Los Nombradores. Fue recién hacia 1966 que inició su carrera solista y un año más tarde recibió el Premio Consagración.
Desde entonces y en los años siguientes, el artista publicó álbumes de enorme suceso entre los que se contaron “El nombrador”, “Canciones para mi tierra”, “Canciones para mi pueblo”, “Un año de amor”, “Rondas de amor”, “Cuando tenga la tierra”, “Retorno al folclore”, “Refranero de mi pueblo”, “Sueño de trovador”, “El Cristo americano”, “Zamba para olvidarte”, “Engañada” y “Escríbeme una carta”.
Cuando la productora El Jume lo convocó para filmar la película de su vida titulada “Daniel Toro, el nombrador”, dijo: “Tengo la alegría de haber intentado dejar algo que tenga un valor positivo en lo cultural y no hacer cualquier cosa”.