Cada 21 de julio se celebra el Día Mundial del Perro, la mascota preferida de muchas personas. Destacados por su compañía incondicional, cerca de la estación ferroviaria de Longchamps existe un histórico monumento a dos perros que se muestran unidos, caminando. ¿Por qué se construyó?
La leyenda urbana cuenta que para 1930, ambos perros merodeaban las cercanías de las vías del tren y salvaron a un bebé que se había caído y estaba en peligro, dejando su vida para salvar al pequeño.
El monumento está ubicado junto al Obelisco de Longchamps, que se encuentra a la misma altura que su precursor de Capital Federal, en la plazoleta de las calles San Martín, Aviación y Rivadavia.
Otra de las leyendas cuenta que los perros fueron abandonados por su dueño, que nunca regresó, y sus canes lo esperaron por siempre hasta morir.
Aunque, como todo mito, que circula la historia de boca en boca entre vecinos y vecinas, no se ha podido encontrar, entre los antiguos pobladores, alguien que fundamente la historia verdadera.