Un joven de 25 años que se encontraba detenido con prisión preventiva e iba a ser juzgado por un homicidio, se fugó de una alcaidía de Avellaneda luego de forzar los barrotes de la celda y esta noche era intensamente buscado por la Policía, informaron fuentes de la fuerza.
Se trata de Joel Maximiliano Gómez, quien había sido trasladado desde la Unidad Carcelaria 40 del partido bonaerense de Lomas de Zamora hacia el polo judicial de dicha localidad del sur del Gran Buenos Aires.
Voceros policiales informaron que Gómez fue alojado en un calabozo de la alcaidía interna y que en esas circunstancias logró quitarse las esposas y forzar los barrotes de la celda.
Luego de salir, el joven se dirigió a un baño, donde dejó abandonada una campera roja y las esposas, para finalmente escapar corriendo del edificio por el sector trasero del estacionamiento, cuyo portón se encontraba abierto.
A raíz de lo sucedido tomó intervención la comisaría 2da. de Avellaneda y el Grupo Táctico Operativo (GTO) realizó el relevamiento de las cámaras de seguridad.
En las imágenes se visualiza que Gómez sale del edificio a las 13.36 y que vestía remera negra con pantalón de jeans, zapatillas blancas. Además se trata de un joven delgado, de tez blanca y una altura de un metro setenta, informaron fuentes policiales.
El imputado se encontraba detenido con prisión preventiva a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 del Departamento Judicial de Avellaneda-Lanús, que iba a juzgarlo por un homicidio cometido en 2020.
Por este motivo, el juez Martín Pizzolo, que preside el TOC 1, dio intervención en primer momento a la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 4 especializada en Violencia Institucional, que no adoptó temperamento alguno para con el personal del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).
En tanto, la fiscal Alejandra Olmos Coronel, a cargo de la UFI 1, dispuso del secuestro de los teléfonos celulares de los agentes del SPB y una serie de medidas tendientes a localizar al prófugo.
El caso
El 12 de diciembre de 2020, Blas esperaba el colectivo con su novia en Alvar Núñez y Rondeau, en Monte Chingolo, Lanús Este. En ese momento fueron sorprendidos por un delincuente. Blas y su novia pensaron que se trataba de un robo y le dijeron que se llevara todo. Pero el atacante iba directo a matar.
Cuatro años antes, cuando Blas tenía 16, defendió a sus hermanos de un asalto en su casa en Monte Chingolo. Tomó un arma y mató al ladrón. Por ese episodio había sido sobreseído por legítima defensa.
Desde aquel momento, el chico recibía amenazas de los familiares del ladrón que le habían jurado venganza. Blas tuvo que mudarse y durante dos años no volvió al barrio. Cuando lo hizo, empezó otra vez el hostigamiento. Hasta que ese sábado de diciembre, Gómez hizo lo que había dicho que iba a hacer. Le dio dos puñaladas a Blas. Una en el cuello y la otra en el corazón. Ni la Policía ni la Justicia lo evitaron. Ahora tampoco pudieron cuidar que no se escape de una celda