Un joven de 27 años y vecino de Longchamps murió asesinado por al menos dos ladrones que intentaron asaltar un almacén de barrio donde él estaba y sus familiares y amigos buscan testigos para dar con los autores del hecho ocurrido la semana pasada.
El hecho ocurrió el viernes 18 de febrero por la noche en un local de avenida Espora, entre Barrio Parque y Los Pinos, adonde la víctima estaba reunido con unos amigos cuando un delincuente armado ingresó al kiosko de El Pulpo. Vladimir y otro amigo impidieron el robo,pero uno de los ladrones le sustrajo el celular a un sobrino de la víctima y antes de escapar disparó dos tiros hacia adentro del local.
Presumiblemente, Vladimir creyó que alguno de los disparos había herido a su sobrino y corrió a los ladrones hasta la esquina de Bolívar y Espora, a unos 50 metros del kiosko, adonde se trenzó a golpes de puño con uno de los ladrones, que le disparó tres tiros a quemarropa: un balazo en la rodilla, otro en el estómago y un tercero le rozó la cabeza.
“Se presentaron tres patrulleros en el lugar luego del llamado de los vecinos. Ninguno de los integrantes de los patrulleros asistió a mi hermano, hicieron caso omiso a las heridas que tenía y lo dejaron abandonado, no le dieron asistencia, no dieron aviso a la comisaría 4ta. de Longchamps y también le dijeron a los chicos que estaban con él que los iban a detener si no se iban a la casa”, cuenta Germán Guzmán, hermano de Vladimir.
Los propios familiares lo condujeron a su casa, sin saber la gravedad de las heridas. Vladimir empezó a descompensarse por la pérdida de sangre y llegó al Lucio Meléndez llevado por un amigo, fue operado dos veces y estuvo dos días internado, hasta que falleció, el domingo 20 de febrero. “Los médicos nos dijeron que si era atendido enseguida se salvaba”, cuenta Germán.
“No queremos que haya impunidad en los delincuentes que lo mataron y tampoco que se pase por alto el accionar policial. Creemos que puede haber una zona liberada para que los delincuentes actuaran”, denuncian.
“Estamos en una lucha para que haya seguridad en el barrio. No es solamente por mi hermano. Creemos que hay una falta de identidad de la comisaría respecto de los barrios y eso nos afecta a todos”, dicen desde la familia.
Vladimir Guzmán tenía 27 años, una cresta rockera y una solidaridad que su familia y sus amigos recuerdan con cariño y dolor.