Organizaciones que luchan por la seguridad vial exigen medidas concretas para evitar que esta estadística vuelva a subir a los niveles de los últimos 25 años con 20 decesos, en promedio, por día. La Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) precisó que entre enero y junio pasado murieron 1.675 personas como consecuencia de siniestros viales.
Viviam Perrone, representante de Madres del Dolor, aseguró a Télam que “no hay controles, no hay legislación adecuada, no hay aplicación de la existente, no hay sanciones, no hay campañas, no hay educación vial”.
“Ayer estuvimos junto al intendente de Berazategui (Juan José Mussi), presentando tres ordenanzas; la de alcohol cero; la de reducción de velocidades en las calles de barrios y la difusión de una guía para víctimas”, apuntó la madre de Kevin Sedano, quien fue atropellado en 2002 cuando tenía 14 años en la localidad bonaerense de Vicente López.
En un nuevo informe, actualizado hasta el 30 de septiembre, la cantidad de personas que murieron por siniestros viales trepó a 2.678 y la provincia de Buenos Aires fue la jurisdicción con más muertes (579), seguida por Santa Fe (278).
Según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estima que cerca de 1,3 millones de personas mueren anualmente como consecuencias de siniestros viales y entre 20 y 50 millones padecen traumatismos no mortales como consecuencia de los mismos.
Estas cifras la posicionan como una epidemia mundial, aunque el problema de la inseguridad vial no siempre suele ser abordado como un problema de salud pública por los Estados, según expresan las distintas organizaciones que trabajan en la temática y exigen que se tomen medidas para contrarrestarlas.
Luchemos por la Vida difundió un informe en el que aseguró que en Argentina en los últimos 25 años murieron 184.612 personas, lo que equivale a un promedio de 20 por día.
“No es solo un número. Tienen rostros, historias y familias”, señaló la organización en un documento junto a un video con imágenes de víctimas, divulgado por el Día Mundial de las Víctimas Viales que se conmemora cada tercer domingo de noviembre, jornada que instituyó en 2005 la Asamblea General de las Naciones Unidas.
La organización argentina indicó en su documento que “también hay otras víctimas, sus seres queridos, que deben reconstruirse interiormente para seguir adelante”.
Además, remarcó que los familiares de víctimas mortales de siniestros viales “necesitan apoyo gubernamental para afrontar la pérdida, requieren atención psicológica y asesoramiento legal desde la primera hora, y después, para poder sobrellevar su duelo y no resultar victimizados por segunda vez por el Estado”.
En este sentido, afirmó que “también necesitan que las autoridades asuman su responsabilidad con todas las acciones necesarias, para aumentar la seguridad vial, como propone el Plan Mundial para el Decenio de Acción y disminuir significativamente el número de víctimas en el tránsito”.
En la calle, mata la imprudencia
Los siniestros viales son la principal causa de muerte en personas menores de 35 años, es por ello que el director de la ANSV, Pablo Martínez Carignano, consideró fundamental “que se empiece a hablar más de la seguridad vial” y apuntó que esta situación “va a empezar a mejorar si se empieza a charlar, si se convierte en un tema cotidiano”.
Mientras se espera el debate parlamentario, la normativa de alcohol cero al volante está vigente en siete provincias: Córdoba, Salta, Tucumán, Entre Ríos, Jujuy, Río Negro y Santa Cruz, y también en ciudades como Santa Fe, Rosario y Mar del Plata y en varias localidades bonaerenses como Moreno, Tigre, General Rodríguez, Ezeiza y Ramallo.
Según las estadísticas relevadas por el Observatorio Nacional de Seguridad Vial (ONSV), citadas por Martínez Carignano, en los distritos donde la tolerancia de alcohol al volante es cero “en los controles los resultados son mejores”.
La Ley de Tránsito 24.449 establece, para cualquier tipo de vehículos, una tolerancia de hasta 500 miligramos (0,5) de alcohol por litro de sangre; para motocicletas o ciclomotores, hasta 200 miligramos (0,2); y para transporte de pasajeros de menores y de carga, alcohol cero.