Guillermo Rezk, ex combatiente y presidente del Centro de Veteranos de Guerra “Puerto Argentino” de Almirante Brown, dice que durante años el aniversario del desembarco argentino en las Islas Malvinas era “una fecha triste hasta que me crucé con una persona muy rica, que me hizo ver que el 2 de Abril es una día de orgullo nacional”.
“Fueron fechas en que un grupo de jóvenes fue a defender la Nación, la Soberanía, un pedazo de tu tierra, un pedazo de tu casa, un pedazo de tu suelo, un pedazo de la Argentina. Muchos dimos mucho, otros dieron todo, su vida. No fueron ni chicos de la guerra ni víctimas, fueron leones que defendieron hasta la última munición contra un poderío impresionante como la OTAN, cinco países, entre los cuales están Gran Bretaña y Estados Unidos”, dice Rezk.
Guillermo habla con pasión y con un orgullo bien ganado. “Nosotros no nos dejamos vencer, no hubo rendición, hubo cese de fuego, por eso los ingleses respetaron terriblemente a los combatientes de Malvinas por el heroísmo al enfrentarlos en el combate. Esto quiere decir que no importa las dificultades de la vida: uno con valor tiene que luchar para salir adelante. No hablo de agarrar un fusil porque no reivindicamos la guerra, pero sí reivindicamos el valor, la lucha, el heroísmo que se tuvo en 1982. Hay muchísimos casos de heroísmo. La postguerra fue muy dura para encontrar trabajo, para encontrarnos a nosotros mismos, para poder cuidar de nuestras familias, a nuestras esposas, a nuestros hijos”, revela .
“Tenemos que empezar a valorar nuestro territorio argentino, tenemos que cuidar la riqueza de nuestra gente –que no la vemos a veces, pero es mucha- y de nuestro mar, de nuestra Antártida. Tenemos una impresionante riqueza en nuestro suelo”, dice el soldado que hace menos de un mes fue elegido por sus compañeros como el nuevo representante de los veteranos de guerra del distrito.
“La Soberanía está en todo. Es importante amar este suelo. Tenemos que valorar nuestra Nación, lo demostraron los héroes que dejaron su sangre, su vida, su juventud, su familia, por nuestra patria, por nuestra Soberanía, tanto en suelo malvinero como en el mar argentino. Por esos guerreros tenemos la obligación de defender nuestra Nación”.
Dejar un legado, la misión
Los ex combatientes lidiaron con el ostracismo militar primero, con la repudiada intención de ocultarlos en democracia, con daños psicológicos que llevaron al suicidio o a causar enfermedades que se cobraron en la postguerra casi la misma cantidad de vidas que en el campo de batalla, cuando no con el desempleo o con pensiones miserables. Brown On Line le preguntó a José Manuel Palacios, ex combatiente, cómo los ve hoy la sociedad.
“A través a de los años fue cambiando nuestra imagen en la gente. Primero éramos los locos de la Guerra o las víctimas de la dictadura. Yo no me siento así. Para la mayoría de los veteranos Malvinas es una causa nacional. Desde la guerra se empezó a conocer Malvinas y entendimos por qué los ingleses ocupan las islas, las riquezas que hay en ellas. En el Museo “Malvinas, Soberanía y Memoria” hay una línea de tiempo que viene de la Universidad de Lanús y donde está claro que desde 1820 las Malvinas son argentinas. Eso estamos transmitiendo a la gente”, responde Palacios, veterano de Malvinas y vecino de Almirante Brown.
“Es un territorio nuestro que nos roban a diario en riquezas del mar, en petróleo: el calamar del mar argentino se come en toda Europa, no solo en Inglaterra. Nos roban constantemente, por eso queremos hacerle llegar esto a los jóvenes, que tengan Malvinas presente en la mente. Cuando ya nosotros no estemos, ellos tienen que seguir reclamando por la Soberanía en Malvinas. Tenemos que dejar un legado”, se autoimpone Palacios.
José Manuel puntualiza un tema primordial: la soberanía nacional sobre las aguas, hoy en día. “Hoy tenemos que pagarle un impuesto a Uruguay para poder pasar por nuestras propias aguas, por una cuestión del dragado del Canal de Magdalena. Por eso pedimos que como esos contratos firmados por 25 años se vencen ahora el gobierno drague ese cauce para recuperar la soberanía en ese lugar”.
“Hemos pasado por la desmalvinización a un contexto donde poder contar todo lo que vivimos. Esperemos que este mes de Malvinas podamos llegar más a la juventud, porque ellos van a ser quienes reclamen en el futuro y no con una guerra, que es lo peor que puede pasarle a un ser humano, pero sí por las vías que correspondan, para ver flamear la celeste y blanca en esas islas, en la Gran Malvina y en la Isla Soledad, algo que nosotros hemos visto con mucho orgullo. Ojalá que en un futuro no tan lejano esté allí nuestra bandera argentina”.