Por Esteban Raies
La actriz Mónica Cabrera presentará nuevamente el sábado 13 de febrero a las 20.30 su espectáculo unipersonal escrito por ella misma, con tintes autobiográficos, con momentos de nostalgias y con todos los recursos actorales puestos sobre las tablas del escenario del Teatro de las Nobles Bestias, 14 de Julio 142, a dos cuadras de la estación de Temperley.
Emocionada durante el estreno de la obra en enero porque significó para Cabrera el regreso al teatro tras la paralización por la pandemia, la actriz volverá con su unipersonal a Las Nobles Bestias, que sacó un escenario al patio para adecuarse al protocolo.
“Mejor o peor”, la obra escrita e interpretada por Mónica Cabrera presenta en los papeles a “una señora que nos abe dónde ir ni por qué debería ir” a algún sitio, una persona que, por obra y gracia del azar, queda estancada en un escenario y “no sabe qué hacer ni por qué está allí”.
Aunque en el inicio la obra desorienta porque no cumple con algunas de esas promesas escritas en la sinopsis que cada espectador recibe, cumple sí con el cometido de recorrer una vida, de ejercer la memoria, de desatar la risa tragicómica y también de emocionar, sobre todo a partir de la emoción que Cabrera sabe transmitir.
Es que sobre las tablas estuvo durante enero y estará el 13 de febrero una verdadera actriz que transmite de pulso a pulso los momentos felices y los tristes de una vida desarrollada en los tiempos en que las personas no estaban aún estupidizadas con la tecnología, una vida que arranca en el nacimiento mismo y se extiende hasta dos décadas más tarde, pasando por innumerables y enigmáticas situaciones que nos narran una suerte de Mafalda donde el ingenio y la fantasía tratan de imponerse en un mundo de adultos.
“Mejor o peor” se trata de una vida expuesta en un relato donde lo íntimo se vuelve colectivo por momentos y aunque el título de la obra no resuma el camino desenvuelto, el público se ríe y se emociona cuando algunos pasajes parecen volverse autobiográficos de la vida de la actriz y la emoción le brota por los ojos para que todos la compartamos bajo la parra del teatro de Temperley.