El hombre detenido como acusado del femicidio de su esposa, quien fue encontrada asfixiada con una almohada sobre su cama en su casa de Quilmes, se declaró inocente ante la fiscal de la causa y aseguró que no sabe cómo murió la víctima, informaron fuentes judiciales.
Se trata de Jorge Pompey (51), quien ayer por la tarde fue indagado por la fiscal Ximena Santoro, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7 quilmeña, que le imputó el homicidio agravado de Rosana Rosales (49).
El acusado negó haber matado a su esposa y aseguró que no sabe en qué circunstancias murió la mujer. “Él cuenta que estaba en la planta baja y subió al dormitorio y se acostó junto a la víctima, y que al notarla fría prendió la luz y la vio con la correa de una cartera alrededor del cuello, por lo que llamó a sus hijas a los gritos”, explicó a Télam una fuente con acceso al expediente.
Siempre según la versión del acusado, toda esa secuencia transcurrió en “dos minutos” por lo que considera que era imposible que en ese tiempo él haya podido matar a su esposa, añadió el vocero consultado.
Las fuentes señalaron que tras la indagatoria, el acusado seguirá detenido a disposición de la Justicia de Garantías mientras se resuelve su situación procesal.
El hecho ocurrió alrededor de las 2 del domingo en una vivienda de General Acha al 4100, en el Barrio Parque Calchaquí, de Quilmes, donde la víctima residía con el ahora acusado y cuatro de sus cinco hijos.
El esposo de Rosales llamó al 911 para denunciar el presunto suicidio de su mujer. Los policías hallaron el cadáver de Rosales sobre la cama en su dormitorio y junto al cuerpo una correa de cuero de su propia cartera, con el que, de acuerdo al esposo, la mujer se había ahorcado.
Al momento del hallazgo del cadáver, en la casa estaban presentes tres de las hijas de la pareja y una nieta de la víctima.
De acuerdo a los pesquisas, la versión inicial del posible suicidio presentó varias contradicciones, por lo que los peritos de la Policía Científica inspeccionaron el cadáver en el que no hallaron a simple vista signos de ahorcamiento como el surco o el “apergaminamiento” de la piel. La autopsia confirmó que Rosales había sido asfixiada.
Si bien no está acreditado aún cómo la asfixiaron, los peritos creen que lo hicieron con una almohada, como la que se secuestró al costado de la cama en la que yacía el cadáver, dijeron los informantes.
En base a los resultados de los peritajes y de otras diligencias, la fiscal Santoro dispuso la aprehensión del marido de Rosales como acusado del delito de “homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género”.
En principio, Rosales mantenía serios problemas de convivencia con sus hijas y cuando se originaba alguna pelea en duros términos el ahora acusado intentaba mediar, lo que en ocasiones solía aumentar la violencia de estas disputas.
“Cuando él intervenía, la mujer aparentemente entendía que lo hacía a favor de las hija”, describió el vocero consultado quien añadió que las denuncias previas no eran por violencia de género sino por estos problemas domésticos y familiares.
Hasta el momento, los testigos refirieron que la víctima había tenido una infancia “complicada” y que esto, al parecer, se había trasladado luego al seno de su propia familia, con características de clase media en la que sus integrantes tenían estudios y trabajos estables.