Un nutrido grupo de vecinos de la zona de la plazoleta San Cayetano marchó ayer por la mañana desde ese punto hacia la Municipalidad de Lanús para pedirle al intendente local, Néstor Grindetti, que revea su decisión de permitir la instalación de una antena de Telecom en ese espacio verde recuperado por los mismos vecinos, que denuncian que la antena causa cáncer debido a las ondas electromagnéticas.
“Hace un mes vino un equipo de trabajo, hizo un pozo de tres metros de profundidad en la plaza y dejaron todo conectado para instalar la antena, luego vinieron con la policía de varias comisarías para instalarla, resistimos y se fueron, pero volvieron ayer”, contó Osvaldo, un vecino de plaza que está sobre las calles. Castro Barros, Lavalleja, Yerbal y avenida Rosales, en Lanús Oeste.
El conflicto llegó el miércoles a su punto más álgido: la empresa contratista llegó con vallas para perimetrar toda la plaza, se sumó a ellos la policía con un operativo “nunca visto antes en este barrio” según los vecinos, para garantizar con el uso de la fuerza que la compañía instale la antena. “La madre de un chico autista se tiró sobre el lugar donde la iban a colocar para impedirlo y entre todos logramos frenar la instalación. Pero vinieron con comandos especiales de la policía. Nos tratan como a terroristas”, denunció un vecino.
“Nunca colocaron a la vista de los vecinos el número de expediente de obra donde debe describirse de qué se trata la obra que va a realizarse. No lo hicieron porque quiere engañarnos. De hecho desde la empresa nos negaron que sea una antena, hasta que pudimos ver los papeles donde decía que iban a instalarla”, contó una vecina.
“Además, no cumple la obra con la ordenanza respecto de los metros de distancia que debe guardar ese tipo de antena”, contó otra vecina a Brown On Line. “La ordenanza dice que debe estar cercada una antena de este tipo, por lo tanto pretenden dejarnos sin plaza”, aporta otro de los vecinos movilizados.
Los vecinos se movilizaron y juntaron un equipo de profesionales: un biólogo, un ingeniero, abogados, arquitectos y hasta el Padre Daniel, el cura párroco de la zona. “Hacemos las cosas bien, pero lamentablemente a veces te obligan a usar la violencia. Bueno, instalar una antena de prepo en un espacio público es violencia también”.
Con la unión y con mucho empuje de vecinos grandes, como Oscar, que a sus 76 años se cruzó desde su casa para pedir que no instalen la antena. “Por lo menos que nos respeten, no queremos esa antena en nuestra plaza”, se acercó para decir. Y en esa frase resumir el sentimiento de un barrio que hará todo lo posible para decirle no a la antena.