En las últimos semanas, la empresa de snacks PepsiCo cerró su planta de Florida dejando a 600 empleados en la calle. Tras el cese de la producción, los trabajadores denuncian que empezaron a llegar productos importados.
“Dijeron que tenían problemas de logística y que por eso dejaban a 600 familias en la calle y ahora resulta que traen papas fritas terminadas desde Chile cuando hay una planta en perfectas condiciones para producir en Florida, a 2 kilómetros de la Capital Federal”, denunció el delegado Camilo Monessitio a InfoNews.
Esta mañana, los trabajadores despedidos se presentaron en los tribunales de San Isidro para pedir que se levante el desalojo ordenado para la planta de Florida. El pedido se lo hicieron a la jueza Andrea Rodríguez Mentaste, del Juzgado de Garantías Nº 3, quien debe decidir si da lugar o no al pedido de desalojo solicitado por el fiscal Larramendi, el viernes pasado. Desde el 20 de junio, cuando la compañía informó mediante una nota pegada en la puerta de entrada el cierre de la planta, los trabajadores montaron una vigilia en el lugar para evitar que la empresa se lleve las máquinas y vacíe la fábrica.
“Semejante estafa y burla a todo el pueblo, debería ser motivo suficiente para que la Justicia o el gobierno obligue a este monopolio a terminar con el lock out y reabrir la planta de manera inmediata”, remarcó el delegado y aseguró que “se hace evidente que se trata de una gran mentira, que no les alcanza con la producción de Mar del Plata y su plan es reabrir PepsiCo en Florida pero con trabajadores precarios”.