Belén Alejandra Sabich vive en Burzaco, tiene 18 años y hace tan sólo tres años que empezó a jugar ajedrez. La semana pasada, estuvo en Mar del Plata, participó por primera vez de los Juegos Bonaerenses y ganó la medalla de oro.
“Puedo decir que fueron mis primeras experiencias dentro del ajedrez. Nunca antes había jugado y ganado un bonaerense. Me llevo amigos, experiencias y sobre todo aprendizaje. Puedo decir que no fue fácil, se trata de poner muchas ganas y esfuerzo. Las veces que perdía sabía que tenía dos opciones; frustrarme o volver a intentar. Pero yo sabía que cada juego era para mí era como un campo de batalla, lleno de estrategia y personalidad, donde entra en juego la táctica y lo psicológico”, explica Belén.
La joven llegó al ajedrez a través de la popular serie Gambito de Dama, lanzada en plena pandemia, que la joven vio en esos tableros de casillas blancas y negras un profundo interés por aprender a jugar: “Vi la serie, me gustó su trama y quise entender todo lo que la protagonista hacía. Pensaba todas sus jugadas, entonces le conté a mi papá, y fue él quien me enseñó los movimientos básicos de cada pieza”, explica Belén Sabich en diálogo con Brown Online.
Pasaban los días y la ganadora del oro iba entendiendo los movimientos de los peones, el valor de los alfiles, el alcance de los caballos, la soltura con que puede moverse la reina. Miro horas y horas videos en Youtube para desarrollar las primeras tácticas y aperturas para principiantes en el ajedrez. Después siguió por comprender las jugadas de maestros como Magnus Carlsen, Bobby Fisher, Gary Kasparov y Nakamura.
Con muchas partidas de ajedrez en línea, la fascinación por el juego la encontró en el Honorable Consejo Deliberante de Almirante Brown, donde conoció a su actual profesor Joan Czajkowski. “Juan me enseñó e incentivó a unirme a torneos. Desde un principio supe que era un buen profesor. Muy solidario y paciente, fue quien me enseñó que más allá de ganar o perder, lo importante es pasarla bien disfrutando del ajedrez. Además, también me ayudó a integrarme a los demás chicos. Sino fuera por su confianza en mi, quizás yo no hubiera participado en ninguno”, cuenta Belén.
Los próximos meses jugó sus primeras partidas; al primera fue en la Casa Borges por los 150 años del aniversario de Almirante Brown donde quedó en sexto lugar, y el segundo juego fue en el torneo Prix Cuenca del Salado del que salió tercera y donde ganó su primer trofeo. Tiempo después compitió por equipos en la Universidad Nacional de Lanús (UNLA).
Su profesor la aconsejó entrenarse en el Club de Ajedrez Juego Ciencia de Adrogué, el lugar donde practica actualmente y donde se enteró de los Juegos Bonaerenses. Pasó la etapa municipal, en la que ganó las seis partidas y luego la etapa regional.
“No es sólo estudiar teoría es vivir el ajedrez. Es disfrutarlo, no frustrarse por las partidas perdidas, sino tenerlas como una ganancia de aprendizaje. Por eso siempre tengo presente la frase; yo nunca pierdo, siempre gano o aprendo”, concluye Belén.