La familia de una joven de 19 años denunció que fue secuestrada por varios sujetos en Glew, conducida en una camioneta hasta un lugar en el cual abusaron sexualmente entre varias personas y la arrojaron, golpeada, en el barrio de Constitución, en Capital Federal. La joven permanece internada.
“La mierda de gente que sale a hablar sin saber me obligó a mí a salir a hablar, a contar quién es mi hija, que no se fue a ningún lado, que no tiene novio y que es una chica de su casa”, declaró hoy Patricia, la madre de la joven secuestrada el lunes por la tarde en Miguel Cané y Arias, en el barrio Pueblo Unido, de Glew, mientras la joven esperaba el colectivo 506.
“El martes me llamaron a las 10.30 para avisarme que mi hija estaba en Capital Federal. Estaba en el hospital Argerich. Ahí nos enteramos que fue abusada. Le hicieron los análisis de enfermedades de transmisión sexual, pero dejaron tirada en el hospital su ropa interior, que la tomé yo, la guardé en un sobre y la traje”, contó la madre en el programa Cortá por Lozano de Telefé.
En un escalofriante relato de la madre de la joven, empleada en un supermercado de Glew, contó que su hija nunca llegó a su trabajo, porque fue secuestrada y abusada por varios sujetos. “´Pasá vos, hermano, te toca a vos hermano se decían entre ellos estas porquerías mientras abusaban de mi hija”, narró Patricia. Los involucrados pertenecerían a la religión umbanda.
“Hay una camioneta blanca y un automóvil negro involucrados en el secuestro y varios vecinos los han visto en la zona en otros casos”, dijeron los vecinos que este jueves se manifestaron en la calle.
La víctima permaneceríainternada en terapia intensiva tras aparecer golpeada y con rasgo de violación en Plaza Constitución, frente a la estación de tren. “No sabemos si la drogaron. Hoy la familia está en shock y pasando por una situación difícil. Pero Lucía no está sola”, agregaron los vecinos.
Un familiar de otra víctima relató que sufrió un intento de secuestro bajo la misma modalidad que sufrió la joven. “La persiguieron, pegó un grito y corrió otra vez hasta mi casa”, a lo que descendieron del vehículo blanco “entre tres o cuatro pibes” que intentaron llevársela.