El jefe de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes fue detenido este jueves acusado de “encubrimiento” en el marco de la causa por el homicidio de Lautaro Morello, cuyo cadáver fue hallado semicalcinado en Guernica, y la desaparición de Lucas Escalante, de quien no se tienen noticias desde diciembre pasado cuando ambos se encontraron en el partido bonaerense de Florencio Varela tras un partido de la selección Argentina en el Mundial de Qatar.
Se trata del comisario mayor Luis Zaracho, quien se transformó así en el cuarto detenido que tiene la causa, y que quedó a disposición del fiscal Daniel Ichazo, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI)1 de Berazategui, que lo indagará mañana a las 8.30.
La detención fue concretada este mediodía por efectivos de la División Homicidios de la Policía Federal (PFA) en la sede de la misma DDI que Zaracho dirigía, en la calle Corrientes 1532 y Martín Rodríguez de Quilmes Oeste.
Fuentes del Ministerio de Seguridad bonaerense indicaron a Télam que el ex jefe policial ahora imputado en este expediente ya fue “desafectado” de sus funciones.
El comisario mayor Zaracho fue trasladado pasado el mediodía del jueves a la sede de la División Homicidios de la PFA, en la calle Chacabuco 465, en San Telmo, pero pasó la noche en una celda del predio policial en la calle Cavia al 3300.
Zaracho quedó detenido imputado del delito de “encubrimiento calificado por ser el delito precedente grave y por su condición de funcionario público”, ya que se lo acusa de haberle comunicado cuestiones relativas a la causa que estaba a su cargo, al padre y tío de los dos primeros detenidos, el comisario mayor Francisco “Coco” Centurión, ex jefe de Drogas Ilícitas de Quilmes.
Al describir el hecho que le imputa, en la orden de detención -a la que accedió Télam-, el fiscal señala que Zaracho “ayudó a Cristian Centurión y a Maximiliano Centurión (los primeros detenidos por el caso) a eludir la investigación y a sustraerse a la acción por el homicidio de Lautaro Morello, y la desaparición de Lucas Escalante”.
El fiscal agregó que “estando ya en conocimiento de la presencia de las víctimas en el domicilio de Cristian Centurión, mantuvo comunicaciones con (el comisario mayor) Francisco Centurión, padre y tío respectivamente de los imputados, previo a recibirle declaración testimonial a Cristian Centurión, quien ya había declarado horas antes en la Sede de la Comisaría Florencio Varela Cuarta y a Maximiliano Centurión”.
Para el fiscal, el comisario intentó “con dichas declaraciones, desvirtuar el curso de la investigación y entorpecer la misma durante el curso de la pesquisa que estuviera a su cargo”.
Por el homicidio de Lautaro y la desaparición de Lucas, están presos Cristian y Maximiliano Centurión, hijo y sobrino, respectivamente, del comisario Centurión, acusados del delito de “homicidio doblemente agravado por alevosía y ensañamiento” en perjuicio de Morello. Luego, y también por encubrimiento, fue detenido el comisario Sergio Enrique Argañaraz, titular de la comisaría 4ta. de Bosques.
También estuvo preso por “falso testimonio”, pero ya recuperó su libertad, otro policía, Ramiro Yair Forchinito (33), quien desempeñaba tareas en un área integrada con Interpol, y era la mano derecha del comisario Centurión.
Cinco meses sin Lucas y una recompensa millonaria
Lucas fue visto por última vez el viernes 9 de diciembre en la localidad de Bosques, partido de Florencio Varela, cuando pasó a buscar a Lautaro para salir a festejar el triunfo de la Selección Argentina ante Países Bajos por las semifinales del Mundial de Qatar a bordo de un auto BMW, que al día siguiente apareció incendiado.
El cuerpo de Morello fue encontrado cerca de las 21.30 del jueves 15 a la vera de la autopista en construcción Buen Ayre, en Guernica, partido de Presidente Perón, recostado boca abajo, “semicalcinado y en avanzado estado de descomposición” y, según la autopsia, la muerte se produjo por “asfixia mecánica”.
De acuerdo con la investigación, el último destino en el que quedó acreditado que estuvieron Lucas y Lautaro fue la casa quinta del comisario mayor Centurión, en la localidad de Bosques.
Días atrás, a pedido del fiscal Ichazo se realizó un allanamiento en esa casaquinta en la que fueron hallados rastros de sangre y restos de elementos quemados que, ahora, están siendo analizados.
Los Centurión fueron detenidos tras el análisis de cámaras de seguridad y de antenas de telefonía celular, ya que en una grabación de una estación de servicio de Florencio Varela se ve a Cristian cerca de las 0.30 del 10 de diciembre cargando nafta en un bidón blanco que se sospecha pudo haber sido empleado para incinerar el auto de Lucas y el cadáver de Lautaro.
Una de las hipótesis que se investigó fue que los dos imputados detenidos por el caso le ofrecieron a las víctimas vales de nafta gratuitos como método para atraerlas, y a raíz de esa sospecha fueron incorporados una serie de audios que los incriminan.
Desde la aparición del cuerpo de Lautaro, los familiares de ambas víctimas realizan marchas en reclamo de Justicia y motivaron la remoción de la primera fiscal que tuvo el caso, Mariana Dongiovani.
Mientras que en marzo último el Gobierno nacional elevó de cuatro a cinco millones de pesos la recompensa para aquellas personas que aporten datos que permitan dar con el paradero del joven.