La Universidad Nacional Lanús (UNLa) trabaja en la cuarta etapa del proyecto de fabricación de bandoneones con madera reciclada de muebles de los talleres ferroviarios de Remedios de Escalada que serán repartidos en talleres de escuelas y bibliotecas del sur bonaerense.
En total se producirán 30 ejemplares del instrumento “de vital importancia en la composición de expresiones musicales populares argentinas como el tango o el chamamé”, explicaron a través de un comunicado.
Con el foco puesto en preservar la soberanía musical nacional, un equipo interdisciplinario de la Universidad Nacional de Lanús (UNLa) lleva adelante el enorme desafío fabricar el Pichuco 4, definido como “un bandoneón que suena a historia, al patrimonio local y al trabajo de los ferroviarios”.
Esta cuarta generación del proyecto, que lleva por nombre el apodo del recordado músico Aníbal Troilo, es casi 100% nacional y de zona sur: excepto por los peines, que se importan de República Checa, el resto se desarrolla íntegramente desde la UNLa con piezas de madera elaboradas a partir de los viejos muebles recuperados de los antiguos talleres ferroviarios de Remedios de Escalada, encontrados en estado de abandono tras el “ferrocidio” de los 90 en lo que actualmente es el predio de campus académico de la casa de altos estudios.
El proyecto Pichuco se hizo merecedor del premio INNOVAR en el año 2012 y tuvo su primera etapa ese año, con un prototipo elaborado a partir de una impresora 3D.
“Todo el desarrollo estaba pensado para fabricarlo a escala industrial con piezas de inyección en una época en la que Argentina lanzaba sus propios satélites al espacio. Pero en 2016 el proyecto tuvo que cambiar drásticamente y en esos tiempos de crisis recurrimos a uno de los 20 valores que explicita la UNLa: el espíritu cooperativo.
Fue la propia rectora de la UNLa, Ana Jaramillo, quien tuvo la idea de crear el bandoneón Pichuco, al notar -como bandoneonista aficionada y miembro de la Academia Nacional del Tango- la dificultad para acceder a este instrumento tan significativo en la cultura argentina.
Los destinatarios de estos bandoneones son chicos y chicas de zona sur interesados para que aprendan y conozcan este instrumento al que es tan difícil de acceder, ya que vale entre 2 y 3 mil dólares.
“Los Pichuco 4 tienen una calidad de sonido muy similar a la de un bandoneón de estudio antiguo. Cuentan con la misma disposición y cantidad de notas que un bandoneón profesional, pero es más liviano y con un sonido más dulce”, explicó Julio Coviello, bandoneonista con más de 15 años de docencia y ex integrante de la Orquesta Típica Fernández Fierro.