Vecinos de Diego Armando Maradona despidieron hoy al máximo astro del fútbol argentino con una manifestación de amor que llegó hasta la casa en donde se crio Diego.
Dos velas en la puerta de la casa, dos calas y flores de ceibo -la flor nacional- fue la improvisaba ofrenda del barrio al que Diego volvía de noche para poder saludar a los amigos que lo habían visto en el potrero en sus años de barro y amateurismo.
Hace poco tiempo esa casa de la familia Maradona, que permanece idéntica en su estructura, fue declara patrimonio cultural por el Concejo Deliberante de Lomas de Zamora, distrito al que pertenece Villa Fiorito.
Su casa de la calle Azamor 523 fue el sitio que nunca olvidó. En el fondo, Diego nunca dejó de ser ese niño que soñaba en Fiorito y que con su primer sueldo llevó a su madre a comer una pizza con Coca Cola a una pizzería de La Paternal.
Diego siempre fue de Fiorito, aunque estuviera en Dubai, en Nápoles, donde fue amo y señor, en México o en cualquier sitio del mundo. Ese pueblo rindió hoy una despedida silenciosa y sincera al máximo ídolo popular de la Argentina.