Un joven de 19 años fue condenado a prisión perpetua por el crimen de una policía ocurrido en julio del año pasado en Glew y por el abuso sexual de una anciana cometido cinco días antes en Avellaneda, informaron fuentes judiciales.
El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Lomas de Zamora resolvió unificar dos causas y condenar a Luca Martín Alaimo (19) por el delito de “homicidio criminis causa” en perjuicio de la oficial de la Policía Local de Almirante Brown Tamara Ramírez (26), y por el “abuso sexual agravado y robo calificado” contra una jubilada de nacionalidad brasileña de 71 años.
Las fuentes añadieron que si bien se estableció que el móvil del crimen fue el robo, no se pudo comprobar durante el juicio que el condenado haya ingresado a la vivienda de Ramírez con conocimientos previos de que allí vivía una familia de policías, y con el objetivo de robar sus armas reglamentarias, tal como se investigó en un principio.
Serafín Ramírez, padre de Tamara y teniente primero de la Policía bonaerense, señaló a Télam que, tras la condena, con su familia están “más tranquilos de saber que de ahora en más hay un asesino menos suelto en la calle”.
“No nos van a devolver a Tami, pero sabemos que en paz descansa. Es nuestras guía del día a día para poder sobrellevar esta lucha. Nuestra vida ya es no es la misma, solo pedíamos justicia y se dio”, señaló el padre de la víctima.
El hecho ocurrió en la madrugada del 28 de julio del año pasado en una vivienda ubicada en las calles Los Patos y Aconcagua, en Glew. En esa casa, la joven vivía junto a su pareja, Mariano Albornoz (25) -también miembro de la Policía Local de Almirante Brown- y a su padre Serafín.
En esas circunstancias, los tres policías escucharon ruidos dentro de la vivienda y advirtieron que un delincuente armado con una pistola calibre .32 había ingresado a la misma, por lo que intentaron reducirlo y comenzaron a forcejear con él.
En ese momento, Alaimo logró sustraerle el arma reglamentaria a la oficial y le efectuó un disparo en la cabeza, que le provocó a la joven la muerte en el acto, y otro a su pareja en uno de sus muslos.
Tras el crimen, el ladrón logró escapar de la casa con dos armas reglamentarias de la familia de policías y minutos después fue capturado a unos 800 metros en otra vivienda, donde se había escondido e intentado cambiar de ropa.
Luego de ser arrestado, los agentes constataron que sobre el acusado pesaba un pedido de captura dictado por la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Descentralizada de Avellaneda, por el delito de abuso sexual agravado y robo calificado.
Es que cinco días antes del crimen de la policía, Alaimo había golpeado, torturado y abusado sexualmente de una jubilada de nacionalidad brasileña de 70 años, durante un robo en su casa de Avellaneda.