Por temor a un robo, a un ataque sexual o la realidad de un femicidio que ocurre cada 32 horas, cada vez son más las mujeres que deciden llevar gas pimienta en la cartera como mecanismo de autodefensa, según confirmaron fuentes del sector.
En Barrio Norte, el responsable de un local de camping aseguró a la agencia de noticias Télam que vende un promedio de 100 aerosoles por semana, en su mayoría a mujeres o a hombres que se acercan a buscarlo para sus esposas, sus novias o hijas, a un promedio de 185/200 pesos; en tanto una casa de pesca de la zona de Congreso advirtió que en promedio las compradoras se llevan alrededor de cinco por día.
Una armería de Núñez, que comercializa modelos de entre 300 y 600 pesos según la cantidad de gramos, señaló que se llevan alrededor de 30 por mes del modelo más solicitado, el de tamaño lápiz labial.
“Mi papá me compró el primer gas pimienta a los 15 años, después de que me manosearan en la calle en dos oportunidades. Ambas fueron volviendo de la escuela y a plena luz del día”, contó una joven.
Salvador Oliva, docente de defensa personal, respaldó su uso: “Si bien hay ciertas especificidades que hay que saber, es la mejor opción porque es un arma de larga distancia, legal, que sirve para lanzar y salir corriendo”.
El gas pimienta causa el cierre inmediato de los ojos, dificultad de respiración, picor de nariz y tos. La duración de sus efectos depende de la fuerza del aerosol, pero el efecto completo medio dura alrededor de 30 a 45 minutos. Su uso civil está permitido.
Según la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMAC), anteriormente Registro Nacional de Armas, la normativa está regida por una disposición del 27 de julio de 2000 en la que se declara a “los agresivos orgánicos contenidos en aerosoles o rociadores con capacidad inferior a los 500 cm3, excluidos de la Ley Nacional de Armas y Explosivos N° 20429, y su reglamentación”.