Teniendo en cuenta que 6 de cada 10 adultos presentan sobrepeso y 5 de cada 10 son sedentarios, la cena del 24 de diciembre y el almuerzo de Navidad pueden convertirse en un problema para todos. Es que los alimentos hipercalóricos y con altos porcentajes de azúcar y sodio habituales son de por sí poco saludables, pero tienen un riesgo mayor para personas con enfermedades crónicas como hipertensión y diabetes, alertaron hoy nutricionistas.
Uno de cada 10 adultos en el país padece diabetes; mientras que la hipertensión arterial es responsable del 45 por ciento de los infartos y del 51 por ciento de los ataques cerebrovasculares.
“En los casos de diabetes aparecen muchas hiperglucemias. Y los pacientes con hipertensión tienen tendencias a mediciones más altas durante esos días”, advirtió la nutricionista Brenda Altman. Altman remarcó la importancia de que los hipertensos moderen el consumo de alimentos altos en sodio, como fiambres embutidos, preparaciones con caldo, mayonesa, ketchup y mostaza; mientras que en el caso de los pacientes diabéticos es necesario evitar el exceso de azúcares.
Además, los cambios de hábitos durante las fiestas pueden representar riesgos también para personas con buen estado de salud. Esto ocurre principalmente por la mayor probabilidad de intoxicaciones, excesos alimentarios, altas temperaturas, factores de estrés, menor nivel de actividad física y falta de horas de descanso, indicó la nutricionista Guadalupe Benavídez, consultora de la la Fundación de Estudios para la Salud y la Seguridad Social (FESS).
Durante las fiestas se suelen desplegar todos los platos “en forma de banquete”, por lo que el calor y el tiempo sin refrigeración “pueden aumentar el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por alimentos (ETA)”, explicó. Benavidez recomendó servir sólo la cantidad que se estima comer para que no queden sobras a temperatura ambiente.