La iglesia de los mormones donó al Cottolengo Don Orione diversos elementos de vital importancia para el área de nutrición: un cuatriciclo con trailer y 7 carros isotérmicos, que son elementos para la distribución de los alimentos en los distintos pabellones de ese centro de contención social ubicado en Claypole, según confiaron a Brown On Line fuentes de la iglesia.
El padre Héctor Pazos, Superior de la comunidad de Claypole, recibió la donación. Y dijo: “En el Evangelio le preguntan a Jesús, ¿Cuál es el mandamiento más grande? Y él dice, amar a Dios sobre todas las cosas y amar al prójimo como a tí mismo, y hoy con los carritos contenedores se sintetizan las dos cosas, que los chicos puedan recibir en el hogar la comida caliente, sobre todo en invierno. Por otro lado se beneficia la gente que debía arrastrar los carros que eran de la primera guerra mundial y por más que los arreglamos ya no van más. Por eso queremos agradecer a la Iglesia de Jesucristo por este regalo tan lindo”.
El Cottolengo de Claypole de la obra Don Orione, es un espacio de 50 hectáreas es el más grande de los asentados en el país, residen unas 400 personas con diferentes discapacidades que van desde los 7 a los 98 años. El lugar, con 81 años de existencia, cuenta con 15 casas, una escuela especial, una sala para cuidados médicos especiales, salas de rehabilitación e hidroterapia, un centro de terapia ocupacional, talleres y una huerta, entre otras dependencias asistenciales y recreativas.
Representando a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días el Elder Mark A. Bragg, segundo consejero de la presidencia del área Sudamérica Sur; Elder Jorge Romeu, gerente de bienestar del área; Elder Huling y hermana Huling, misioneros de los servicios de bienestar, la hermana Susana Cornell, presidenta de la Sociedad de Socorro de la estaca Adrogué; Obispo Diego Colombre del barrio Don Orione y Rubén Molina asignado a asuntos públicos de Adrogué.
También formaron parte del acto de donación la Madre Superiora de las Hermanas del Cottolengo Gladys Bálsamo, Marcelo Bezek (administrador del Cottolengo), Lorena Moldes, (nutricionista), Angélica Guevara (encargada de la cocina).