La violencia de género no para. Como sucedió con Lucía Perez en Mar del Plata, Irma Ferreyra Da Rocha, de 45 años, fue violada, golpeada y asesinada a la salida de un boliche en un descampado de Garupá, localidad ubicada a 26 kilómetros al sur de la capital provincial.
Según informó el diario Infobae, además de la violenta golpiza y del abuso, el asesino atravesó a la víctima con la rama de un árbol, destrozándole sus órganos vitales. “Queremos que el que le hizo esto a mi hermana pague”, señaló su hermana Mabel, entre lágrimas y en diálogo con medios locales.
Silvina, una de sus hijas, contó a su vez que el sábado por la noche su madre fue a bailar con un amigo, identificado como Alejandro “El Porteño” Esteche. Se trata de un joven de 28 años, oriundo de Buenos Aires, quien reside hace dos en Garupá. Se dedica a la albañilería y desde el domingo está preso como principal sospechoso.
El acusado fue detenido por el testimonio de dos testigos. Uno lo vio salir con Irma del boliche al que habían asistido junto con una amiga. Otro lo habría visto correr del descampado donde hallaron a la mujer. Según la hija, Ferreyra Da Rocha habría salido del lugar y fue atacada en un túnel bajo la Ruta 105, en Villa Bonita. Abusaron de ella, le dieron una violenta paliza y, tras ser empalada, la arrojaron en un baldío.
Se escucharon los gritos de Irma y cuando los vecinos acudieron, la mujer estaba gravemente herida. Fue trasladada en una ambulancia al Hospital Madariaga donde agonizó unas 16 horas. La violencia de los ataques fue tal que no pudieron hacer nada y murió.
Los investigadores allanaron dos viviendas. Una es de la hermana de Esteche y la otra de su novia. En esta última, decomisaron un pantalón corto blanco y una remera que coincidían con las prendas que vestía el hombre que se habría llevado a la mujer fuera del boliche.
La causa quedó a cargo del titular del Juzgado de Instrucción N° 7 de Posadas, Carlos Giménez, quien dispuso secreto del sumario. El sospechoso declarará mañana y por lo pronto está incomunicado. Su novia dijo que llegó a su casa el sábado, vestido de manera diferente, sin el celular, y con la muda de ropa sucia.