El joven que fue baleado ayer a la noche por un gendarme en Burzaco fue intervenido quirúrgicamente por las lesiones que le generó en la espalda y en un riñón el escopetazo con una bala de goma. Hasta el momento se encontraría estable en el hospital Lucio Meléndez de Adrogué.
Según el padre de la víctima, Zaravia fue “herido por una bala de goma” que le causó “una contusión pulmonar” y, además, sufrió “la fractura de una costilla”. El motorista de 23 años tiene uno de sus riñones muy comprometidos. El disparo ingresó por el área de la cintura y perforó el órgano en cuestión. La herida evidencia la corta distancia en la que el gendarme empleó su arma: los perdigones se encuentran concentrados en su interior.
Por su parte, el gendarme quedó detenido por “tentativa de homicidio”, un delito que no es excarcelable. “El fiscal dijo que hay pruebas suficientes”, expresó Micaela, la novia de Martín, en declaraciones televisivas. Es que vecinos y transeúntes registraron la situación con sus celulares y los vídeos no tardaron en vitalizarse en las redes sociales.
“Tiró a matar porque no había operativo en ese momento”, advirtió Micaela. “Venía caminando con el arma en la mano, levantó y tiró”, advirtió a la prensa.
El incidente sucedió a la madrugada, en la esquina de la Av. Hipólito Yirigoyen y Humberto Primo cuando gendarmes, que realizan tareas preventivas y de control en el marco del envío de fuerzas federales al Conurbano, interceptaron a un motociclista, identificado como Gastón Matías Zaravia (23), en la esquina de Hipólito Yrigoyen y Marcos Tiglio, con motivo de circular a alta velocidad, según algunas versiones corriendo una picada. Cuando procedieron a identificarlo, el joven quiso evadir el control, le pegó una patada a uno de los gendarmes y comenzó la fuga.
El gendarme agredido, el subalferez Emanuel Elio Moyecundo, reaccionó efectuándole por la espalda un disparo de escopeta con posta de goma, por lo que el joven perdió el equilibrio y cayó de la moto.