Carlos Daniel Molero era subinspector de la Policía Metropolitana y tenía 47 años. Padre de dos hijas, una pre-adolescente y otra de cinco años, era vecino de Longchamps, donde a finales del año pasado había terminado de construir su casa, tras años de trabajo.
“Estaba orgulloso de haber instalado la pileta para sus hijas en su casa. Ellas eran su felicidad. Es increíble que le haya pasado esto”, comentó una vecina del policía fallecido ayer en un intento de robo a un supermercado chino de Hipóito Yrigoyen y Roger, de Longchamps.
Molero había llegado para comprar leche cuando dos ladrones entraron al local con fines de robo. El policía, que estaba de espaldas a la escena, escuchó cuando tomaron de rehén a un cliente, hizo unos pasos hacia atrás y, aún con el canasto de compras en la mano, les dio la voz de alto.
Los ladrones huyeron del local, baleados por el policía, que vestía de civil. Molero los persiguió, arma en mano, hasta el umbral de la puerta de entrada y apenas se asomó a la vereda recibió un tiro en la frente. El policía cayó dentro del local y aunque minutos después fue conducido en helicóptero al hospital Meléndez murió en las primeras horas de hoy.
En un principio se había dicho que eran cuatro los delincuentes, pero luego se conoció que eran tres: dos entraron al supermercado y otro esperó en la puerta a bordo de una camioneta Citröen Berlingo, que fue quien disparó contra Moledo y aún está prófugo.
Molero había ingresado hace unos años a la Policía Metropolitana, luego de haber prestado servicios durante un largo tiempo en la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Desde su perfil en la red social Facebook pregonaba la baja de imputabilidad para menores de edad que delinquen. Por la información que hay hasta ahora, los tres delincuentes eran mayores de edad.
La Policía Metropolitana saludó a la familia de Molero desde su perfil de Facebook. “Hacemos llegar nuestro más sentido pésame a los familiares y amigos del Subinspector Daniel Molero”, escribió.