Un hombre fue condenado a nueve años de prisión por abusar de su hijastra de 11 años. Los jueces acusaron a Miguel Paniagua, de 52 años, de “abuso sexual con acceso carnal agravado por aprovecharse de la situación de convivencia preexistente reiterados”.
La Justicia estableció que el imputado había iniciado los abusos en 2003 y la situación se mantuvo hasta el 2008. A su vez, comprobó que los abusos sucedían en la vivienda de la familia, ubicada en la calle French, en Claypole.
El violador “aprovechaba que los hermanos menores no se deban cuenta y que la madre salía a comprar para vulnerar la estabilidad física y emocional de la víctima”, explicaron los abogados de la joven. Con esta operativa, procedió a realizar los abusos durante cinco años.
Paniagua amenazaba a la pequeña con golpear a su madre para que no lo delatara. La víctima, a su vez, aseguró haber advertido a su madre sobre la pesadilla en la que se veía inmersa, pero que ella desatendió su pedido de ayuda.
Por esta razón, un año después de que los abusos cesaran, relató la historia a su hermano, su cuñado y al resto de la familia. Con la denuncia de familiares y los resultados de los peritajes psicológicos se comprobó los abusos y se detuvo al imputado.