El domingo vence la moratoria que permitía a personas en edad jubilatoria “comprar” los años de aporte necesarios para acceder a una jubilación, y el Gobierno manifestó públicamente que no la prorrogará ni abrirá una nueva. La cifra preocupa: 9 de cada diez mujeres y la mitad de los varones no podrán acceder a sus jubilaciones tras el fin de la moratoria previsional.
A mediados de los 2000, menos del 70% de los adultos mayores accedían a una jubilación, la cifra más baja en 25 años. Esto se debía a que la exigencia de 30 años de aportes no reflejaba la realidad laboral del país con un alto porcentaje de informalidad.
Caída la moratoria, muchas personas que trabajaron a lo largo de su vida en una situación informal quedarán excluidas del sistema.
El impacto de la primera moratoria previsional, entre 2003 y 2010, derivó en que la cantidad de jubilaciones y pensiones del sistema nacional pasara de 3,2 millones a 5,6 millones. Posteriormente, se implementaron tres moratorias adicionales en 2014, 2019 y 2023, esta última con vencimiento el 23 de marzo.
“Las moratorias fueron una respuesta a esta situación crítica, permitiendo a personas con pocos o nulos aportes acceder a una jubilación mínima“, detalla un informe del CIppec.
Caído el régimen vigente, los adultos mayores que no cumplan con los 30 años de aportes solo podrán acceder a la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) que representa un 80% del haber mínimo a partir de los 65 años. Esto impactará especialmente en mujeres de entre 60 y 64 años y en los cónyuges de beneficiarios, ya que la PUAM no genera pensión por fallecimiento.
Las mujeres son las más perjudicadas no solo por el aumento de hecho de la edad jubilatoria y porque solo el 23% de las mujeres que hoy tienen 60 años tiene más de 25 años de aporte. Algunas porque interrumpen su vida laboral para maternar lo que afecta su posibilidad de acumular aportes; otras porque en el mercado laboral solo acceden a un trabajo de menor calidad, sin aportes, o de manera informal como trabajadoras de casas particulares no formalizadas; además las mujeres son también las que asumen mayoritariamente el cuidado de familiares mayores o personas dependientes sin reconocimiento económico ni previsional.
Según una encuesta sobre el trabajo no remunerado y uso del tiempo realizada por el Indec en 2021la mayor carga de trabajo doméstico no pago recae sobre las mujeres, 90% versus 68% por ciento de los hombres; lo que reduce la posibilidad de sumar años de aporte.