Jorge Ríos, el jubilado de 71 años que en julio del 2020 mató a balazos a uno de los delincuentes que lo asaltaron en su casa de Quilmes, fue sobreseído y se dejó sin efecto el juicio que debía comenzar dentro de cuatro días con él como acusado, luego de que un nuevo peritaje no logró determinar que le haya disparado en la calle al ladrón fallecido, informaron fuentes judiciales.
El sobreseimiento fue dictado esta tarde por el juez Rubén Darío Hernández, del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 quilmeño, el cual debía llevar adelante el debate con jurados populares previsto para los días 12, 13 ,14 y 15 de este mes.
En un fallo de 23 páginas al que accedió Télam, el magistrado hizo lugar al pedido efectuado ayer por el fiscal Andrés Federico Nieva Woodgate, de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIJ) 18 de Quilmes.
Ríos iba a ser juzgado como acusado del “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” de Martín “Piolo” Moreyra (26), pero el juez Hernández finalmente consideró que actuó en su legítima defensa.
“No tengo ni la más mínima duda de que esos disparos fueron realizados en ejercicio de la legítima defensa, porque se produjeron en respuesta a una agresión ilegítima y en el interior de su casa”, señaló el magistrado.
En ese sentido, consideró que se dieron los requisitos de “agresión ilegítima; necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla”; y “falta de provocación suficiente por parte del que se defiende”, en favor del accionar de Ríos.
“Ríos no tenía otra manera de defenderse: habían ingresado a su casa tres veces la misma noche y podrían haber seguido, pero Ríos se defendió, por lo que considero que el medio utilizado por Ríos resultó racional y no tenía otro medio menos lesivo para defenderse”, sostuvo el juez.
Tras conocerse el fallo del magistrado, Gabriel Ríos, hija del jubilado, publicó esta tarde en su cuenta de la red social Twitter una foto de ella junto a su padre y el siguiente texto: “Al fin Pa… queremos verte reír… queremos verte caminar… otra vez…”El sobreseimiento se produjo luego de darse a conocer el cuarto peritaje en el que especialistas de la Policía de la Ciudad negaron que Ríos haya “rematado” a Moreyra en la vía pública.
“La filmación no captó fogonazos correspondientes a ninguno de los tres supuestos disparos efectuados en la vía pública contra Moreyra”, expresó el fiscal en su presentación. En ese sentido, el informe estableció “la imposibilidad de determinar la existencia signos compatibles con el disparo de un arma de fuego, en virtud de no poder visualizar elementos como ser destellos luminosos, cambios significativos de luminosidad o fogonazos, producto de la deflagración de la pólvora en la secuencia fílmica analizada”.
A su vez, el peritaje indicó que “los movimientos y gestualidades corporales de Ríos no serían compatibles con la posición anatómica humana de disparo de un arma de fuego”.De esta manera, para el fiscal del juicio si Ríos “solo efectuó disparos dentro de su morada, su respuesta a la agresión ilegítima, en cualquier supuesto fue proporcional a la agresión recibida, sin que mediara provocación previa de su parte” y consideró que “la realización del debate oral próximo, ocasionaría un dispendio innecesario de recursos”.
Siguiendo con la misma línea, Nieva Woodgate manifestó que la muerte de Moreyra ocurrió en un acto de “legítima defensa” del jubilado y basó su decisión en que “las vainas que corresponden a los disparos que Ríos presuntamente efectuó no fueron secuestradas en un procedimiento incuestionable”; que el único testigo presencial “no puede ser todo lo contundente que debiera”; y que “cuatro expertos declaran y ponen en seria duda la posibilidad de que Ríos haya efectuado disparos en la vía pública”.
Los hechos investigados ocurrieron entre las 4 y las 4.50 de la madrugada del 17 de julio del 2020, cuando cinco ladrones ingresaron por tercera vez en la misma noche a robar a la vivienda de Ríos. El herrero jubilado fue sorprendido en su casa mientras dormía, y fue golpeado e intimidado con un destornillador por los asaltantes, quienes le causaron heridas en el dorso de la mano derecha, en su antebrazo derecho, y en la cabeza, al mismo tiempo que “intentaron desapoderarlo ilegítimamente de cosas de valor existentes en la propiedad”, según acreditó el juez Martín Nolfi.
Sin embargo, los ladrones no pudieron lograr su objetivo porque Ríos extrajo una pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros y les efectuó varios disparos con los que los hizo huir.