El pasado 11 de marzo le robaron a un joven llamado Javier Maximiliano Acosta: seis motochorros lo encerraron en la bajada del puente cruzando la Rotonda de Llavallol, sobre Camino de Cintura, mientras el joven de 22 años se dirigía a su trabajo en Luis Guillón, lo encañonaron y le robaron su moto Honda Wave, su celular, su casco, y su billetera con sus documentos y dinero en efectivo. Esos mismos motochorros le robaron luego a una mujer en Monteverde y Buenos Aires, de Burzaco y en el momento del hecho los ladrones arrojan los documentos de Maxi. La víctima de ese segundo robo en Burzaco hizo la denuncia y la policía cree que Maxi es uno de los ladrones.
El joven se fue a su casa e intentó radicar la denuncia en la comisaría de Tristán Suárez a las 07.20 de ese día. Se negaron a tomarle la denuncia allí y lo mandaron a Llavallol, el lugar del robo, donde no tenían luz. El oficial que toma la denuncia virtual solo consigna que le robaron la moto y no la billetera y demás pertenencias, entre ellas el DNI.
Momentos después del robo que sufrió el joven, una familia en Burzaco también sufrió el robo de su moto Honda Tornado, donde los asaltantes dejaron la billetera de Acosta, con su DNI. Según la familia del joven, serían los mismos ladrones en un raid delictivo.
“Hasta los policías se dan cuenta de que no es delincuente. Lo vamos a visitar y nos dicen ‘Ah, son la familia del pibe que se está comiendo un garrón’. El problema es que las víctimas están convencidas de que Maxi era uno de los cuatro ladrones”, dijeron Marcelo, su papá, y Marianela, su hermana a Clarín.
El miércoles 22 de marzo la Policía llegó a su casa en Tristán Suárez, partido de Ezeiza, para un allanamiento. Quedó implicado en una causa de robo con arma de fuego. “No. A mí me robaron. La víctima soy yo. Yo hice la denuncia”, le dijo a los oficiales. No hubo caso. Quedó alojado en la Alcaldía de Almirante Brown, procesado por “robo agravado por cometerse en poblado y en banda y con arma de fuego”. “Presentamos testigos, solicitamos imágenes de cámaras de seguridad, recorrimos los lugares de los dos robos para ver si hay cámaras. Ya no sabemos qué más hacer para comprobar que ‘Maxi’ es inocente”, cuentan sus familiares.
El joven fue víctima de un violento asalto por parte de seis delincuentes que se desplazaban en tres motocicletas. Durante el ataque, recibió golpes y agresiones físicas, pero logró ser socorrido por un vecino que intervino para detener la agresión. La esposa del vecino también presenció el hecho y declaró que observó cómo cuatro de los agresores se alejaron juntos en dos motos, mientras que los otros dos huyeron en direcciones opuestas, uno de ellos conduciendo la moto que pertenecía a Maximiliano Javier.
Las víctimas del segundo robo declararon que fueron encerrados por cuatro ladrones que se movían en dos motos y bajo amenazas de arma de fuego les robaron una Honda Tornado. Quien se la llevó tenía la billetera de Acosta y cuando se subió a la moto se le cayó.
Su familia comenzó su propia investigación. Recibieron detalles de Javier por cartas porque no tenía acceso a teléfonos, tomaron nota de los dos hechos y entregaron la información al abogado particular que contrataron para que lo presente en la fiscalía.
Hace 19 días entregaron imágenes donde Maximiliano Javier camina con dificultades; está rengo, minutos después de sufrir el robo, caminó a la comisaría y al no tener novedades de la fiscalía decidieron hacer público el caso. “Creemos que nos podemos estar exponiendo. No sabemos quién está metido en este asunto. Pero no nos importa porque Javier sigue preso”.