Esteban Lofeudo, Ubaldo Ismael Fuenzalida, Rodolfo Gustavo Morán, Marcelo Ramón Maurino, Carlos Daniel Gómez, Roberto Romero, Roberto Lezcano, Bruno Nicolás Shporluk, Eduardo Nicolás Moya, Cristóbal Rubén González, Cristian Ezequiel Aníbal, José María Mattos, Rubén Cañete, Alberto Damián Tévez, Leonardo Brandán y Norberto Benítez, todos integrantes de la Policía Bonaerense, además del civil Marcelo Villarreal, son juzgados por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 de Lomas de Zamora por pedir coimas a feriantes de La Salada, algunos de esos hechos fueron cometidos en Claypole y Esteban Echeverría.
Están acusados de “asociación ilícita en carácter de organizador, cohecho, falsedad ideológica, incumplimiento de los deberes de funcionario público, ocultamiento de pruebas y encubrimiento agravado, todos ellos en concurso real entre sí”, en hechos ocurridos entre 2016 y 2018.
Entre los acusados, hay policías que trabajaban en la Superintendencia Zona Oeste y Zona Norte, en la Jefatura Departamental San Vicente, en la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) Lomas de Zamora, en la DDI Avellaneda-Lanús y en la comisaría de Presidente Perón (Guernica), además de otras dependencias, donde varios de ellos ocupaban altos cargos.
Según publica DiarioConurbano, para el fiscal los acusados actuaban coordinadamente y formaban un grupo delictivo dedicado a la recaudación ilegal de dinero.En la causa están prófugos Matías Gómez y Horacio Nicolini. En tanto, en el marco de un juicio abreviado fue condenado a dos años otro policía, Cristian Aníbal.
Los hechos que le imputa a los policías ocurrieron en La Salada, Esteban Echeverría y Claypole. En el caso de la conocida feria de Ingeniero Budge, según la acusación, extorsionaban a feriantes, liberaban zonas para que se cometieran robos y les cobraban a los “trapitos” para dejarlos trabajar.
En su declaración del pasado viernes último, el Comandante de Gendarmería Ramón Pérez explicó que se detectaron “cobros indebidos a feriantes de La Salada” y que los policías imputados “se repartían las ferias para realizar la recaudación”. En esa línea, dio detalles de los grupos “de cobro”.
“La gente tenía miedo. No quería denunciar porque decían que después los policías los mandaban a robar”, aseguró el jefe de Gendarmería.
Un testigo de identidad reservada contó que efectivos de la DDI de Lomas de Zamora inspeccionaron su corralón de materiales y “dijeron que había algo irregular en un camión, algo que era falso”. “Me pidieron 100 mil para arreglar y no hacer ninguna causa. Les di 20 mil pero querían cobrar el resto de la plata y siguieron viniendo. Uno de ellos, como no tenía más dinero, se llevó 10 cajas de cerámica”, recordó.
Luego declararon dos testigos de las defensas que destacaron el buen concepto que tenían de algunos de los imputados. En el caso de uno de estos, el comisario Walter Ambrusese, dijo no recordar qué causa tenía en Lomas uno de los policías acusados. Entonces, el fiscal Scalera le mostró una captura de diálogo de chat que existe en la investigación y el jefe policial terminó admitiendo que efectivamente conocía la causa que se tramita ahora en el TOC 7.
El juicio oral continuará en los próximos días con las audiencias de testigos, previo a la realización de los alegatos de la fiscalía y la defensa.