Valeria Maidana lleva una vida entera dedicada al powerlifting, la disciplina deportiva que compite en levantamiento de potencia. Vecina de Glew, desde el 2013 que saca primer puesto en la competencia nacional, en donde compite con deportistas de casi todas las provincias. Con 43 años, Valeria se entrena junto a un grupo de seis personas en un gimnasio de su ciudad.
“Arranqué a los 18 años con mi coach Masolo. Tuve torneos nacionales y sudamericanos. Cada uno que está en el equipo compite por su categoría según la edad. El año pasado ganamos en Córdoba y este año queremos que el nacional quede para Almirante Brown“, explica Valeria y agrega con mucha emoción que “la idea siempre es que quede acá, en Glew“.
El levantamiento de pesas requiere de mucha disciplina: “todo el tiempo nos estamos entrenando, primero para poder clasificar y después para la competición. La escuela se armó hace muy poquito tiempo, en marzo”, cuenta la campeona que se entrenó hasta hace no mucho en el club Defensores de Glew. “Nosotros tenemos que concentrarnos un montón. A veces no tenemos mucho tiempo, salimos del trabajo y venimos a tirar los kilos y a veces no sale”.
Valeria y el grupo entrenan todos los días, tres hora por jornada, en el gimnasio ADN GYM de Glew. “Es un deporte muy sacrificado, lleva mucha constancia, mucha disciplina pero es muy satisfactorio. Los que hacemos powerlifting sabemos lo que es dejar a la familia, a los amigos. Los gastos mayormente lo mantenemos nosotros. Más allá de ser hobby pasa a ser una pasión“.
Además de su pasión por el deporte, Valeria es payamédica. Y tuvo la idea de implementar clases gratuitas para vecinos y vecinas de la zona en el gimnasio donde se entrena. “Me recibí de payamédica y tomé la decisión de dar clases para jubilados, pensionados y discapacitados. Siempre trato de que tengan un lugarcito, los que no pueden pagar un gimnasio. Hacemos todo lo que es corporal, hacemos estiramiento. Tuvimos que parar por la cuarentena pero ahora seguimos”.
El equipo de powelifting se prepara para competir en Ensenada, los primeros días de septiembre. “Se arrancó con un equipo con mucho miedo. Hay organización, hay compañerismo. Perdieron los miedos, empezaron a sonreír. Iban a tirar y empezaban a llorar. Hoy por hoy están bárbaros y con mucha ansiedad“, explica la referenta del grupo, formado por personas de entre 23 a 41 años.
“Mucha gente que se dedica a esto me reconoce. Porque no es fácil. Siempre tengo algo para aprender, nunca es menos, siempre voy por más“, sintetiza Valeria, una apasionada que dedicó toda su vida al deporte.