Un ex comisario de la policía bonaerense que estuvo prófugo cinco años por el homicidio de Nicolás Vázquez, un joven ejecutado de un balazo en el cuello al intentar hurtar una camiseta de fútbol de un local de ropa deportiva de Lanús, en 2013, será juzgado desde este martes en los Tribunales de Lomas de Zamora, informaron fuentes judiciales.
Se trata de Héctor Alejandro Amarilla (60 años) fue capturado en una casa de Rafael Calzada, luego de profugarse a Paraguay y volver al país para conocer a su nieto.
Fuentes judiciales informaron a Télam que el ex comisario será sometido a proceso desde este martes por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Lomas de Zamora que tiene previsto al menos la audiencia de ese día y otra para el jueves 24 de febrero.
Amarilla, que para la época del hecho se desempeñaba como titular de la seccional segunda de Lanús, estuvo prófugo desde el 25 de septiembre del 2014 y pesaba sobre él un pedido de captura nacional e internacional dispuesta por el Juzgado de Garantías 5 del departamento Judicial de Lomas de Zamora, por “homicidio calificado por su condición de funcionario policial”, que prevé la pena de prisión perpetua.
El crimen de Vázquez (18) fue cometido en septiembre de 2013, aunque la captura del ex comisario fue ordenada un año después a pedido del fiscal 8 de Lomas de Zamora, Leonardo Kazewski, quien se hizo cargo de la causa.
El ex policía fue atrapado el domingo 3 de febrero de 2019 en un domicilio situado en la calle San Martín al 4500, de Rafael Calzada, al que llegaron efectivos del Comando Unificado de Fuerzas de Recaptura de Evadidos (Cufre) de Gendarmería Nacional, abocados al Programa Buscar, impulsado por la cartera de Seguridad.
El arresto se llevó a cabo durante un allanamiento de urgencia realizado por los pesquisas tras tomar conocimiento de que Amarilla estaba en ese domicilio. Los investigadores sabían que el ex comisario había huido a Paraguay, aunque tomaron conocimiento de que una de sus hijas tuvo un bebé y existía la posibilidad que el viniera al país a conocerlo.
Por tal motivo, se montó una vigilancia en un domicilio, en el que finalmente los gendarmes irrumpieron cuando vieron a la esposa y a la hija de Amarilla arribar al lugar.
El hecho que se le imputa ocurrió el 25 de septiembre de 2013 en 9 de Julio y Oncativo, de Lanús, cuando Vázquez quiso hurtar una camiseta de fútbol de un local de ropa deportiva y, de acuerdo a la pesquisa, Amarilla -que estaba trabajando allí como empleado de seguridad- lo corrió y lo mató de un tiro en el cuello.
El policía terminó con un balazo en una pierna y dijo en esa oportunidad que Vázquez le había disparado. Según se determinó en la investigación, el joven se había probado varias camisetas y se retiró del local con una de ellas puesta, sin pagar.
Sin embargo, los familiares de la víctima aseguraron que el policía lo persiguió y a 150 metros del lugar lo ejecutó de un disparo en el cuello, pese a que el joven no estaba armado.
Si bien en un principio un primer fiscal que tuvo a su cargo la investigación creyó la versión del entonces comisario, con la incorporación de distintos peritajes balísticos y el cambio del fiscal (Kazewski se hizo cargo del expediente un año después del hecho), el jefe policial pasó de ser víctima a acusado.
Los investigadores determinaron que Amarilla se había efectuado él mismo el disparo en una pierna con un arma con la numeración limada para fingir un supuesto tiroteo con el joven asesinado y hacer creer que se trató de un homicidio en legítima defensa.
Para avalar sus dichos, entregó su arma reglamentaria y la otra de procedencia ilegal, que intentó hacer pasar como perteneciente a Vázquez.
No obstante, con el correr de la pesquisa los investigadores judiciales obtuvieron más evidencias que comprometieron al policía, que fue exonerado de la fuerza y acusado de asesinato.